Revista Tendencias

Carta abierta a Jordi Ludevid, Presidente del CSCAE

Publicado el 17 junio 2014 por Bsajjq

autor | José Javier Quintana

Estimado Jordi.

Soy testigo y doy fe de que te ha tocado acometer la etapa más dura de la historia de la profesión de arquitectura en España. Mucho que hacer y muy pocos medios. Por eso creo que en lo que esté en nuestra mano, todos los arquitectos deberíamos apoyar acciones encaminadas a mejorar esa profesión que es de todos y que como sigamos así, no va a ser de nadie, porque va a terminar arrasada. Desde la búsqueda de lo mejor para la profesión te escribo esta carta abierta.

Carta abierta a Jordi Ludevid, Presidente del CSCAE.
Cuando hablamos de la profesión de Arquitectura en España, la idea central es que debemos poner en el foco en lo único importante: el arquitecto. Sin arquitectos no hay arquitectura.

No debemos perder de vista que los profesionales tienen una serie de necesidades que se deben satisfacer. Hay cosas que los profesionales deben resolver por si mismos y hay cuestiones que, por su importancia y por los interlocutores que requieren, necesitan ser tratadas desde el colectivo.

El gran problema del arquitecto es ser competitivo y su gran necesidad es vender. Para conseguirlo debe hacer los deberes y realizar las acciones posibles dentro de su ámbito “micro” de actuación. Deberes que debe hacer por sí mismo, pero con esto sólo no basta.

Para satisfacer la resolución de las necesidades del colectivo –corresponde al CSCAE- se debe afrontar todo lo referente a lo que afecta a relaciones institucionales y la legislación regulatoria y en concreto a la reserva de actividad.

Hablemos del CSCAE. El CSCAE es un ente que está muy lejos del arquitecto. El arquitecto percibe al CSCAE como una organización lejana que no sabe ni cómo es y esto se debe a una cuestión estructural.

El CSCAE está compuesto por consejeros -19 decanos de coas- a los que el Presidente debe su elección. Esto hace que la primera y más importante motivación legítima del Presidente sea garantizarse una mayoría que le sustente. A más a más, el CSCAE está en parte soportado por las cuotas de los distintos colegios, lo que conlleva su dependencia.

No hemos hablado del arquitecto en ningún momento, está ahí el ultimo de la fila, en pantalones cortos, con las manos en los bolsillos, silbando mientras le da una patada a una piedra, escuchando que todo el mundo pelea por él, oyendo como a todo el mundo se le llena la boca diciendo que lucha por sus intereses, pero que ahí está, más solo que la una y sin tener qué llevarse a la boca.

El arquitecto es un profesional que sólo quiere una cosa: trabajar con dignidad. El arquitecto ya lo intenta con todas sus fuerzas y está sufriendo el síndrome del coyote. No es suficiente. Además, necesita que el colectivo, el CSCAE realice acciones específicas para mejorar las condiciones de mercado. Entre otras: mejorar en la regulación (Ley de Arquitectura, la ley de concursos, etc.) fomentar la competencia y la concentración sectorial, mejorar la competitividad, impulsar la profesionalización de la gestión de empresas de servicios profesionales, etc.

Pues bien, el CSCAE tiene unas condiciones estructurales determinadas por su propia naturaleza que no le permiten hacer frente a los retos que tienen la profesión y los arquitectos.

¿Qué se puede hacer para mejorar la representatividad de los arquitectos, para permitir la independencia del CSCAE y que de esta manera pueda atender mejor las necesidades que tiene que solventar?

Primero. Depender económicamente del colegiado. Es decir, hoy en día el arquitecto paga la cuota de su colegio y el colegio hace su aportación al CSCAE. Pues bien, la idea es que ese % que va destinado al CSCAE se deduzca de la cuota de coligación, para que sea el CSCAE quien emita su propia factura con su propia cuota.

Segundo. Que sean todos los arquitectos en sufragio universal quienes elijan a sus representantes en el CSCAE. El consejo de decanos podrá ser consultivo. Así el Presidente deberá su cargo a los arquitectos y resolver sus problemas será su principal preocupación.

Tercero. Generar áreas de trabajo diferenciadas con responsables ejecutivos a su frente, motivados mediante incentivos variables por éxito y que además deberán rendir cuentas de su gestión. Actualmente, hay comisiones dirigidas por decanos, quienes deben atender sus colegios, sus estudios, etc. El resultado es que no hay resultados.

Cuarto. Trabajar en clave europea. La legislación de orden superior es la europea. Las condiciones referentes a los servicios profesionales de arquitectura deben resolverse en ese ámbito.

Bien Jordi, dicho todo ello, acabas de ser reelegido por cuatro años, es tu segundo y último mandato porque no puedes optar a un tercero. Te pido que al menos pongas las bases para que tu sucesor, una vez tú termines, pueda desempeñar el cargo de otra manera más útil para todos.

Ya tienes trazado en camino, seguro que muchos otros podrán darte opiniones para que optimices lo que te propongo. Ya es un problema de voluntad.

Eso sí, si esto no cambia desde dentro, cambiará desde fuera. Puedes pasar a la posteridad o seguir haciendo lo de siempre. Ya sabes quién era Tancredo López y a qué se dedicaba.

Tú Elijes, Tú Decides.


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