De los creadores de "yo he estado en Japón" (he estado, o mejor dicho, estuve, ¿lo he dicho en alguna ocasión?) llega... "yo he estado en Amsterdam viendo a Madonna".
No, no soy una de esas fans que siguen a sus ídolos durante toda su gira, que hacen cola para estar en primera fila y que se compran todo su merchandising. Es más, a mí Madonna me ha hecho un par de jugadas muy feas, y por eso, Madonna, reina del pop, te escribo estas líneas. Como sé que tu castellano es fluidísimo, que llevas media vida cantando "last night I dreamt of San Pedou", te escribo esta carta en el idioma de Cervantes. Y en el de Daddy Yankee, también.
Dear Madonna;
A mí no me la vuelves a dar con queso. Me sé tu juego. Tú vas y programas una sola fecha en España, pongamos por ejemplo en Barcelona y dejas unos días libres después. Por supuesto, las entradas baratas vuelan. Y es que los miembros de los clubs de fans y los apuntados a páginas como Live Nation tienen prioridad. Y allí estaba yo, con dos amigas, a las que llamaremos O. y F., atentísimas para luego descubrir que sólo quedaban a la venta las entradas VIP que cuestan unos 200 euros y la promesa de entregar a Madonna tu primer primogénito. Envalentonadas y después de haber pasado toda una mañana dándole al botón de actualizar y peleándonos con diferentes páginas de venta de entradas, decidimos ir a un concierto de la ambición rubia de todas-todas, ¿por qué no a Amsterdam, que coincide con el puente de la Constitución? En el mismo instante en que teníamos las entradas compradas... oh, sorpresa, oh aciago destino, resulta que Madonna programa otra fecha en España.
Pero te olvidas de todo, incluso de esta horterada de video, perteneciente a su último álbum, cuando empieza el concierto. Una mezcla de El circo del Sol con un pase de modelos de Dolce y Gabbana y, por supuesto, todas las obsesiones de Madonna a lo largo de sus años de carrera. En el concierto hubo bailarinas vestidas de monjas y subidas a barras de pole dance, un ejército de algo así como samuráis y hasta un cuadro flamenco de lo más bizarro, con bailarinas chinas y bailarines con camisas de encaje.
Y luego estuvo esto:
La boca abierta.
Espero que:
a. Pagues bien a estos muchachos, Madonna.
b. Les des mucha biodramina antes de subirse ahí arriba.
A mí, que siempre me he mareado hasta en el barco vikingo de la feria, no entiendo cómo un ser humano puede hacer lo que esos bailarines hacieron.
Hubo otros números impresionantes, como la versión de Material Girl, con Madonna subida a una pantalla inclinada desde la que iba rechazando y lanzando a los bailarines al suelo (lo dicho, el trabajo de estos chicos no está pagado con dinero). Pero también hubo momentos para que la estrella pillara el micrófono por banda y se quedara sola en el escenario. Suponemos que esos ratos los aprovechaban los bailarines para cambiarse de ropa y tomarse otra biodramina. En uno de estos momentos cogió a un muchacho del público, un tal Johan, al que le regaló un plátano (¿?) y en otro se marcó una versión, ella sola con un ukelele, de "La vie en rose".
Que digo yo, Madonna, teniendo a ese ejército de bailarines y canciones como "Ray of light" o "express yourself" en tu repertorio, ¿tienes que chapurrear el francés y más en una canción tan difícil como ésta? Para la próxima gira, te sugiero que cantes más temas tuyos, de los de toda la vida, y que olvides tus últimos discos. O que saques uno bueno, que eso tampoco estaría mal.
También te sugiero que empieces a la hora, que luego salimos tarde y acabamos todos en la misma cola para coger el mismo autobús nocturno. Que tú eso no lo verás como problema porque fijo que tienes un jet privado, pero ponte en el lugar de la plebe, reina.
Y eso es todo, Madonna. Espero que hagas una nueva gira, con bailarines que parecen súper héroes, pantallas gigantes, plataformas, suelos que se abren, coreografías, cambios de vestuario y mucho de todo. Porque para cantar solo en un escenario, guitarra en mano, para eso ya están los cantautores del café Libertad. Tú eres otra cosa, tú eres una "entertainer".
Besitos.
Y os dejo con el momento, estoy sola en el bar, cerrando el garito y canto una de Madonna mientras bailo estilo caballito:
Y vosotros, ¿sois más de conciertos a lo grande o íntimos?, ¿créeis que Madonna se ha pasado al ponerse bótox hasta en las pestañas?, ¿o sois de esos fans que le perdonan hasta que perpetre "La vie en rose"?