Soñaba con viajar sin prisas, soñaba con viajar alrededor del mundo, soñaba con sentirme libre, soñaba con pasar una navidad en el hemisferio Sur, soñaba con viajar hasta Australia y Nueva Zelanda, soñaba con conocer mis 21 maravillas del mundo, soñaba con miles de cosas… y en 2014 se han hecho realidad.
Podría hacer un inmenso resumen de todo lo vivido este año y todas mis expectativas para el 2015, pero sería demasiado aburrido, demasiado típico. Siempre me gusta dar ese puntito original, ese toque 21W que denominan algunos.
Esta vez os hablaré de cómo es sentir la libertad, de cómo es vivir cada segundo como si fuera el último, cómo es descubrirse a uno mismo, cómo es reencontrarse con familiares y amigos tras meses de ausencia. En definitiva, os hablaré de la vida, mi vida.
Me gusta contar mi vida como una sucesión de cosas que han ido pasando por una buena combinación de esfuerzo, trabajo y buena suerte, sí ese componente que hay que buscar y que creo plenamente que existe. Sin embargo, para que todo te vaya bien, falta un componente clave que debes cuidar todos los días, cada instante, cada segundo. Tu entorno, tus familiares y amigos, de eso somos conscientes en la cercanía, pero no entendemos su verdadera importancia hasta que nos encontramos a miles de kilómetros…
En la cima del volcán Pacayá
En busca de tu sueño.
Y si un día se acabara todo, ¿qué balance harías de tu vida? Esa es la pregunta clave. ¿Qué cosas se te quedaron en el tintero, cuánto sueños por cumplir… Quizás no podamos cumplirlos todos, pero sí podemos ir a por los que tenemos al alcance de la mano, pero nadie dijo que fuera sencillo.
Todo requiere esfuerzo y los grandes sueños requieren dedicación, constancia, trabajo, capacidad de sufrimiento, pero sobre todo, ILUSIÓN.
Esa que te permite seguir luchando por él todos los días y te permite superar todas las adversidades que el camino presenta.
Así hace 18 meses pensé que había llegado el momento, tenía que lanzarme a cumplir mi sueño: dar la vuelta al mundo. No pensé en hacerla en solitario, ni en hacer la ruta para visitar todas las maravillas, ni en solicitar una excedencia, no sabía cómo afrontarlo, pero sabía que quería hacerlo, que era la motivación por la que me levantaría ilusionado todos los días en el 2014.
Sentimientos y sensaciones
Sentir la libertad es conseguir que tu viaje se convierta en tu vida, que trabajes todos los días en lo que te gusta, que madrugar sea un placer, que ver los atardeceres sea un sinómino de paz, que cada instante en un lugar desconocido sea un segundo más de vida. Sentir paz interior y a la vez, sentir más emoción por todo lo que vives y quieres seguir descubriendo.
Viajar en solitario es una sensación indescriptible, es pura libertad, es una toma de decisiones con uno mismo, es hacer lo que quieres, cuando quieres, en el momento que quieres. Y muchas veces no es sencillo, pero es un reto apasionante descubrirse a uno mismo haciendo cosas que jamás pensaría que podría hacer. Es sentirte más persona, es sentirse mejor todos los días, un poquito más grande en tu amor propio y un crecimiento personal inmenso.
Sobrevolando el lago Wanaka
Viajar te hace ser mejor, te hace aprender, te hace escuchar, te permite conocer otras costumbres, otras culturas, otros ritmos, te hace mejorar y ampliar tus virtudes e incluso a pulir tus defectos.
Quién me iba a decir a mí hace añós que sería tan paciente…
Suelo decir que siempre hay alguien que engrandece tu aventura, que te hace valorar más lo que haces, que le da la importancia que realmente tiene, que te ofrece otro punto de vista. A veces el ritmo de viaje no te deja tiempo para echar la vista atrás, por eso es muy agradecido escuchar a personas cuando reflexionan sobre ti o sobre tu vida.
El viaje lo hacen grandes las personas.
Esta es una máxima que se cumplirá siempre que estés dispuesto a abrir tu corazón a todas esas personas que están dispuestas o predestinadas a formar parte de tu viaje. No tiene porque ser alguien con quién compartas semanas, meses o días. La conexión puede ser cuestión de minutos. He encontrado grandes amigos en ruta, que espero mantener toda mi vida y he conocido personas claves que han cambiado mi viaje gracias a haberlos encontrado.
No lo olvidéis nunca, los lugares permanecen, las personas se mueven.
Disfrutad de los momentos con las personas, hablad, mirad, pasead, compartid.
Inyecciones de vitalidad y energía.
Recibir un mensaje, un correo, una llamada o una foto desde kilómetros de distancia te inyecta una dosis de vitalidad que no se sabe hasta que no se siente. Hay que saber cuidar a tus familiares y amigos, porque ellos son los que verdaderamente “sufren” por ti, tu ritmo y el viaje no te dejan tiempo para asimilar todo lo que estás haciendo.
Y descubres quiénes son (si todavía había dudas) las personas que forman parte de tu vida, aquellos que se preocupan por ti, que te escriben, que hacen por conocer cómo estás, pero, sobre todo, que te hacen sentir feliz por compartir con ellos tus aventuras.
Sin embargo, el momento estrella es que alguien te venga a visitar mientras estás en ruta. Poder compartir días, semanas o incluso meses con tus familiares y amigos es lo más grande que te puede pasar. En mi caso, todos han coincidido en mi inmensa felicidad al verlos. Con ellos tratad de exprimir aún más los segundos, ofrecerles novedades, alicientes, contarles anécdotas, disfrutar cada instante. Y he tenido mucha suerte, apenas cada 2-3 semanas alguien ha venido a verme. Muchas gracias a tod@s ellos.
Despedida y cierre.
Así es la vida de un humilde viajero dando la vuelta al mundo. Hoy recibo el 2015 desde Kaikoura, en la isla sur de Nueva Zelanda, casi de los primeros en el mundo en hacerlo y no lo hago en solitario, sino muy bien acompañado
Si tuviera que definir con una palabra todos estos meses sería fácil: Felicidad.
Felicidad por haber cumplido mi sueño, por haber sido justo conmigo mismo, por sentirme afortunado, por recibir cientos de muestras de cariño, por haber conocido tantas personas estupendas, por las aventuras que he vivido y por ver todo lo queda por delante. Apenas llevo 6 meses de ruta… Lo mejor siempre está por venir, aunque el listón cada vez más alto.
Feliz 2015! Besos & Abrazos.
Alejo – 21W.
Entre las sombras en Guatemala