Revista Educación

Carta al adolescente desconocido

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Te escribo porque no te conozco  y ,si te soy franca, ayer me molestó bastante que me empujaras en el supermercado y le comentaras a tus compañeros un no sé qué de la tía vaca… Luego te colaste en la caja y la señora mayor (casi jurásica en verdad) que intentaba llevar los productos del carro a la cinta no se atrevió a decirte nada. Creo que todos pensábamos que lo mejor es que te atendieran el primero, más que nada para perderte de vista. Me preocupa que mi hijo, más o menos de tu edad, se comporte de la misma forma, aunque me consta que todos los jóvenes no son iguales. Salí con un no sé qué de angustia del supermercado, si te digo la verdad, pero, como estoy haciendo un curso del ayuntamiento para mejorar la autoestima de las amas de casa, empecé a intentar ponerme en tu lugar. Y chico, casi te perdono el empujón y si te volviera a ver hasta me atrevía a darte un abrazo. Porque yo, ya de mediana edad, no puedo hacer nada por arreglar las cosas, a lo sumo, miraré con envidia los viajes del Imserso que otros hacían y a los que yo, casi seguro, ya no tendré derecho. Puede que tampoco consiga volver a trabajar, aunque quizás enlace un subsidio para mayores con otro hasta la jubilación, por ser optimista. Pero tú, seguro que en casa verás a tu padre y a tu madre en paro y también a ese hermano mayor que tantos años le dedicó a estudiar arquitectura. Y claro, no sabrás qué estudiar, yo tampoco lo tendría muy claro hoy en día. Además, seguro que has pasado de una infancia a cuerpo de rey a una adolescencia de clase media venida a menos. Creíste, en tu paso a la juventud, que tendrías todo, las últimas novedades tecnológicas, casa gratis hasta los cuarenta y una paga perpetua. Y va a ser que no. Resulta que ahora te encuentras con que te va a tocar sacar las castañas del fuego, dejar tu mundo de videojuego y empezar a vislumbrar la realidad. Pero con la experiencia de los años, te recomiendo que le des la vuelta a la moneda, que respires profundo, que te agarres los machos y que pienses en que tienes la oportunidad de cambiar las cosas, lo que, en mis tiempos, era el deseo de cualquier joven rebelde. A empujones no vas a conseguir lo que quieres, tienes que ser más inteligente y eres tú, sólo tú, el que puede erigirse en héroe de tu propia historia, porque si se lo dejas a tu hermano pequeño, con tantos recortes de educación, vas listo. Aprovecha tú, que estás en mitad de dos épocas, de dos formas de ver la vida, para coger las riendas de tu futuro, para que nadie te lo ensombrezca aún más. Ánimo, chaval.Foto extraída de http://apuntesdeunapedagoga.blogspot.com.es.

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