Revista Coaching

Carta al talento de mi hijo

Por Carlos Melero Bascones @Gotasdecoaching

Escribo esta carta al talento oculto que está dentro de mi hijo, no nos conocemos bien y no sé si quiera si tiene nombre ni si me escucha, pero sé que está ahí.

 

Querido talento, te escribo esta carta para que sepas que sé de tu presencia. Quiero que sepas que, aunque permaneces oculto a mis ojos, sé que estás ahí.

He imaginado tu existencia como la de un animal mitológico durmiendo entre gruesos muros, aparentemente inerte, pero con su corazón palpitando lentamente en espera de ser despertado.

Carta al talento de mi hijo II
Quizás alguna vez has abierto los ojos y has mirado a tu alrededor sin ver opciones de salida, no sé si esto te resultaría frustrante. Tal vez estés tranquilo pensando que donde estás estas bien o tal vez estés inquieto buscando una forma de salir. Sé que estás en un laberinto cuya salida ignoras, tal vez estás en movimiento buscando la clave de tu libertad.

Te visualizo como un ser con alas, poderoso y con energía; capaz de volar y de llevar a mi hijo contigo allí donde mejor estaréis ambos.

Carta al talento de mi hijo IV
Querido talento, sé que no puedo obligarte a salir y que mi misión es proporcionarte el espacio para que te desarrolles. Como un cachorro que crece no puedo tirar de ti, sólo puedo darte espacio y alimento. Quiero que sepas que estoy atento a las señales y que presto atención para escuchar tus golpecitos, tu respiración o tu palpitar.

Sé que estás ahí aunque no te vea, no sé si porque no quieres ser visto, porque no es el momento o porque aún no te estamos mirando en el lugar adecuado.

A veces me resulta complicado seguir presente para ti porque no tengo señales tuyas, pero sé que estás. Tal vez las señales existen y no las he visto o tal vez no has tenido oportunidad de mostrarlas. Estoy convencido de que estás viviendo en un laberinto creado por muros y mi misión es conseguir que esos muros sean los menos posibles y los que perduren que sean frágiles.

No se puede ver algo que no se mira y tampoco puede crecer aquello que no tiene sitio, por eso estoy atento a las inquietudes de mi hijo y lo animo cuando quiere intentar algo. Sé que su miedo, mi miedo, la presión y la incertidumbre son algunos de esas paredes que te rodean y créeme cuando te digo que hago lo posible para derribarlas.

Sin querer yo mismo he levantado alguno de esos obstáculos y he tratado de destruir los que he visto, aunque me imagino que alguno me habré dejado sin mala intención.

Carta al talento de mi hijo V
No decaigas, no te rindas si estás luchando y si estás tranquilo, ánimo y sigue creciendo. Yo procuraré que la que es ahora tu casa sea espaciosa, que tengas sitio donde hacerte grande y fuerte. Trataré de alimentarte sin saber dónde estás y trataré de ofrecerte un lugar para ser tú.

Porque llegará el momento en que despiertes y, si mi hijo y yo hemos conseguido que tu casa sea diáfana, podrás crecer alimentándote de buenos ánimos, confianza y esperanzas. Quiero creer que en algún momento comenzarás a crecer y te dejarás ver, espero estar mirando en ese preciso instante para captar tus señales.

Yo te tengo presente y procuro que ni el miedo, ni las dudas, ni la inseguridad, ni los prejuicios formen parte de tu hogar, porque eso son sólo paredes que complican tu crecimiento y tu salida al exterior.

Espero que oigas cómo la esperanza, los ánimos, la curiosidad y el reconocimiento de los logros golpean con dureza los obstáculos que puedan estar apareciendo a tu alrededor.

Te veo como un ser luchador en un mundo complicado donde la confianza de mi hijo en sí mismo es tu espada y la capacidad de reponerse de las adversidades es tu escudo. Cada día cuido porque ambos sean fuertes, flexibles y resistentes.

Esas son tus armas para enfrentarte  los obstáculos que no puedo evitar que estén ahí. No tengo todo el control sobre lo que sucede en la vida de mi hijo, pero sí puedo utilizar mi esperanza y apoyo para que los limites sean frágiles y los puedas romper.

Mi hijo y yo somos un equipo. Mi trabajo aquí es darle herramientas y evitarle obstáculos.

Sé fuerte, resiste y siéntete libre de dejarte ver. Yo estaré mirando.

 


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Gracias por compartir en las redes sociales y por comentar. Me ayuda a dar más visibilidad a mi trabajo.

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