Profesora, Investigadora de la Universidad Central de Venezuela. Consultora Internacional de la UNESCO. Su última novela: "El silencio de los abedules."
Hola querida amiga Carmen:
Por aquí he estado solucionando algunos asuntos y por tanto no encontraba el momento para escribirte un poco sobre mi vida como me has pedido.
Han pasado muchas décadas desde que "me transplantaron" de Palencia a Caracas. Fue a los 14 años. Acababa de terminar el primer ciclo de bachillerato en el Colegio Santo Ángel. Ese ciclo de cuatro años lo pasé Interna, junto con las dos hermanas que nacieron también en Palencia, Naty y María Pilar. La tercera hermana, Elvira, nació en Caracas y pertenece a otra generación. Mis padres se fueron a trabajar a Venezuela para poder darnos la mejor educación. Dos de mis hermanas se casaron con franceses y viven en París con sus hijos, desde hace muchos años. Fue triste el período del internado, excepto que tuve dos grandes amigas, cuyas familia me invitaban a sus casas en las vacaciones. Una era de Sahagün, se llamaba Anuncita Carnicero, y su padre regentaba la ferretería de ese pueblo. La otra se llamaba Mariví Cuervo y su familia era propietaria de tierras en Villaviudas. A Mariví la fui a visitar una vez que pasé por Madrid pues es monja en el convento de las Angelinas en esa ciudad. A Anuncita nunca la volví a ver y no he podido encontrarla por internet, quizás porque utiliza el nombre del esposo que no conozco. La ferretería desapareció. Pero los pueblos donde pasé con ellas muchas vacaciones, Sahagún y Villaviudas, quedaron poblados en mi memoria, y por ello que aparecen en la novela que tú conoces.
A Caracas llegué, como dije antes, transplantada, pues era un lugar totalmente diferente a Palencia. Lo que más me impresionó de Venezuela fue la luminosidad del trópico, el colorido de la gente, la mezcla de razas, la calidez de las personas. Pero fue muy difícil la adaptación hasta que comencé en la universidad. Estudié Psicología en la Universidad Católica y después no dejé de estudiar los grados superiores, en USA (Stanford University) y en Francia (Université René Descartes, París). En cuanto al trabajo, fueron dos las instituciones a las me dediqué, como profesora-investigadora en la Universidad Central de Venezuela y como consultora internacional en la UNESCO. Logré reconocimiento profesional en América Latina por mis estudios comparados sobre las universidades en esta región.
Me casé con un venezolano de color moreno (mi mamá lo llamaba cariñosamente "el negro"). Era una persona muy especial que, desde abajo trabajó con esfuerzo y logró mucho reconocimiento en su ámbito profesional y social. No te lo había dicho pero murió hace un año, no de covid, sino de un cáncer. Ha sido un año muy fuerte para todos, pero para mi fue doblemente doloroso. Hacia 40 años que nos casamos.
Recién estoy teniendo energía para emprender algunas actividades. Entre ellas, y con otras personas (de California y Barcelona), estamos escribiendo un guión cinematográfico de mi novela histórica sobre la universidad de Palencia que tú conoces, "El silencio de los abedules. Entre el saber, el amor y la brevedad de la vida". Creo que te envié un vídeo donde presento la novela.