Queridos niños, jóvenes, papás, abuelos y familias:
Hemos llegado al final. Os informo de que he decidido retirarme a finales de marzo porque es lo mejor para mí y para vosotros. Y no os dejo abandonados. El Dr. Jaime Mas, con el que he trabajado durante muchos años en el equipo de pediatras de una conocida clínica privada de Barcelona, se hará cargo de la consulta. Jaime es un experimentado profesional que tiene un estilo en el trato al niño y a los padres muy similares al mío. Os encontraréis a gusto con él y estaréis bien atendidos. Os dejo en buenas manos y espero que lo aceptéis de buen grado. Yo seguiré en contacto con vosotros para cuando lo necesitéis.
Despedirse genera un dolor suave. He visto nacer, crecer y madurar como personas a mis pacientes y, actualmente, ya estoy visitando a la segunda generación. También he asistido, impotente, a finales trágicos, pero a pesar de ello me habéis dado más alegrías que tristezas. Resulta imposible resumir en pocas palabras mi agradecimiento a tantas y tantas personas que habéis confiado en mí y que me habéis dejado entrar en vuestras vidas. Ha sido una experiencia estupenda y pido disculpas a aquellos que no se hayan sentido bien tratados por mí, aunque en ninguno de los casos habría sido de forma intencionada.
Yo, que voy hacia el ocaso, disfruto viendo a esas estrellas –vuestros hijos– que han pasado por mi consulta y ahora brillan o, a buen seguro, lo harán en el futuro en un mundo complejo y lleno de oportunidades. En la medida que pueda, contemplaré sus destellos.
A los niños, un cariñoso beso; y a los demás, un fuerte abrazo.