Los zapatistas nos dieron el zapatismo, que ya no les pertenece.
Recuperaron para nosotros la esperanza, como fuerza social, y nos mostraron el valor de afirmarnos en la dignidad.
El zapatismo es hoy una fuerza que recorre el mundo y lo transforma. Es siempre local y siempre abierto al mundo, a enlazar todas las luchas en coaliciones de descontentos y rebeldes.
Asumir el zapatismo como algo nuestro, como una actitud nueva que nos enlaza en estos tiempos oscuros, no significa olvidarnos de los zapatistas. No sólo siguen siendo fuente de inspiración. Se han convertido en demostración eficaz del sentido de la transformación en que estamos envueltos, de su posibilidad. Por eso son el objeto de ataques continuos que intentan destruirlos o por lo menos sofocarlos, detenerlos. Por eso mismo reclaman nuestra solidaridad.
Una de las posturas más radicales de los zapatistas ha sido sostener que ellos son, simplemente, hombres y mujeres ordinarios y que, por tanto, son rebeldes, inconformes, soñadores. Así subrayan que el zapatismo no es obra de líderes, vanguardias o partidos, sino de la gente común. Es una postura política de enorme importancia que define hasta hoy al zapatismo.
Al celebrar un aniversario más de la fundación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional no debemos olvidar el comportamiento extraordinario de quienes lo crearon. Importa, en particular, destacar un legado central que marca al zapatismo: fue desde el principio una creación intercultural que se construye en la interacción. Los zapatistas han creado una comunidad de aprendizaje, que se transforma continuamente al enlazarse con otras y otros.
En esta fiesta de aniversario, que honra especialmente la memoria de quienes perdieron la vida en este empeño, necesitamos destacar que las comunidades zapatistas requieren hoy nuestra solidaridad. A medida que se consolidan sus logros, los malos gobiernos intensifican sus acciones para socavarlos, para desmantelar sus instituciones, para cerrarles el paso. Se emplea cada vez más a grupos paramilitares que realizan agresiones directas y que respaldan a grupos locales de campesinos, indígenas y no indígenas, que intentan apoderarse de los bienes de las comunidades zapatistas e incluso de sus tierras. La acción represora de los malos gobiernos se hace pasar como conflicto entre comunidades.
Necesitamos actuar. Debemos expresar continuamente nuestra solidaridad con toda la obra zapatista, pero en particular con las comunidades que en estos días están expuestas a una agresión directa y cada vez más intensa. Necesitamos extender esta campaña que las abraza.
Comandante Abel, presente.Municipio Autónomo San Pedro de Michoacán, presenteComunidad de Jechvo, presenteUnión Hidalgo, presenteSan Marcos Avilés, presenteMoisés Gandhi, presenteNo están solos, compañeras, compañeros.Aquí estamos.Celebramos con ustedes su aniversario, su vida, su resistencia, su dignidad.San Pablo Etla, noviembre de 2012Gustavo Esteva