Pablo Ibar, sobrino de Urtain, está en un centro de clasificación en el sur de Florida, como paso previo a ser destinado a la cárcel donde cumplirá condena de cadena perpetua. Allí le evalúan y en base a esas evaluaciones lo destinan a un lugar u otro. No hay plazos fijos, puede pasar ahí entre cuatro y seis semanas. Desde esa prisión, Ibar escribe una carta a su hermano Michael, para que éste la distribuya, en la que plasma sobre unas líneas su sincero agradecimiento por el apoyo recibido desde fuera de la cárcel.
MARCA
¡Hola amigos!
En el nombre de mi familia y mío necesito agradecer a toda la gente que se juntó para ayudarme en este tiempo tan crítico. Tener tanta gente que nunca me han conocido y que no conozco que puedan juntarse para ayudarme es algo que me hace sentir muy humilde.
Aprecio a todos por igual y desearía poder agradecer y nombrar a todos. Quiero dar mi sincero agradecimiento al Gobierno vasco, al Gobierno español, al Congreso y el Senado, al embajador español aquí en EEUU y al Consulado General de Miami, a todos los de la Asociación contra la pena de muerte Pablo Ibar. A toda la gente que me ha apoyado y me han escrito durante los tiempos más oscuros de mi vida. Mi bella mujer Tanya y mi familia en España y aquí en los Estados Unidos por sus esfuerzos y persistencia en mi lucha por la justicia. Por ese esfuerzo estoy liberado de la horrible sentencia de muerte que ha sido una pesadilla para mi familia y para mí estos últimos 17 años.
Obviamente me siento desilusionado porque me han encontrado culpable de nuevo, especialmente siendo inocente y otros han sido exonerados por el mismo crimen. Cuando el jurado recomendó mi sentencia de cadena perpetua vi el terrible peso levantarse de los hombros de mi familia. Aunque tengo una convicción, esto ha sido una gran victoria. Ustedes han salvado mi vida.
Algunos pueden sentir que mi sentencia de cadena perpetua es como un acto de misericordia, pero no puede haber misericordia sin justicia. Una cadena perpetua todavía significa que voy a morir en prisión por un crimen que no cometí. Hay muchos detalles que no puedo explicar ahora ahora porque mi apelación sigue. Por favor, creerme cuando os digo que esto no se va a quedar así. Voy a seguir luchando para demostrar mi inocencia y cada pequeña ayuda que ustedes puedan dar es muy pero que muy necesaria.
Con tu ayuda un día voy a poder volver a nuestro bello país con mi familia, sería un sueño hecho realidad.
Para cualquier persona a la que le gustaría saber más de mi caso y que quiera ayudarme, por favor vayan a la web de la Asociación Pablo Ibar.
De nuevo, por favor, acepten mis gracias, os doy mi más sincero agradecimiento. Todo mi amor y mi interno aprecio.
Sinceramente
Pablo Ibar
Fuente: Diario MARCA
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