Quiero que sepas que se y valoro, aunque muchas veces no lo diga:
- que también tenías miedos durante el embarazo y al llegar el momento del parto, pero tu "ser hombre" te impulsó a mostrarte fuerte y seguro para protegerme.
- que tuviste que acostumbrarte a no ser más todo para mí, a compartirme con otra personita que se lleva todas mis fuerzas y gran parte de mi amor, y muchas veces te deja solo las migajas.
- que en este primer tiempo de maternidad frecuentemente pedí más de lo que dí, porque todo lo que tenía para dar tuve que entregárselo a nuestro bebé, quedando casi vacía, y sin embargo aumentando mis expectativas en cuanto a lo que esperaba de vos.
- que muchas veces tuviste que levantarte temprano, después de haber intentado dormir durante una noche de llantos, porque tenías compromisos laborales impostergables, y jamás te quejaste.
- que al llegar la noche buscabas en casa la paz que no te podía dar, porque me encontrabas estresada y llorando por ayuda, y debías ignorar tu cansancio para cuidar a nuestro hijo y permitirme a mí un descanso.
- que pasas mucho tiempo pensando formas para asegurar el futuro de esta nueva familia, para que nunca nos falte nada, para que nuestro hijo tenga todas las oportunidades de crecer con sus necesidades cubiertas, y de que hoy tenga incluso la posibilidad de tener en casa a su mamá, para cuidarlo sin preocupaciones.
- que en muchas ocasiones la pasión fue sustituida por el cariño.
- que tuviste que lidiar con mis luchas internas, mis cuestionamientos a mí misma, a vos, a nuestros aprendizajes previos, a nuestra relación, a los roles de cada uno y hacer todo tu esfuerzo para evitar pensar que estaba loca.
- que tuviste que cambiar tu caminar masculino por un bolso materno y un coche de bebé.
- que en tu auto hay siempre una sillita de viaje y algún juguete olvidado.
- que tuviste que adaptarte a los cambios en mi cuerpo, en mi lenguaje, en mis energías, en mis deseos, en mi forma de vestir, andar, pensar y sentir.
- que cambiaste sin quejarte nuestras cenas románticas por otras en las que me cortas la comida para que yo pueda amamantar o acunar a nuestro bebé, y que muchas veces te quedas hablando solo porque mi mente se dispara o surge alguna otra tarea en medio, como hacerlo dormir, calmar un llanto o cambiar un pañal.
- que a veces te sientes solo.
- que todo eso que haces es señal de que "me" y "nos" amas.
- que hasta llegaste a preguntarte si te sigo amando, o si te amo tanto como antes... y debo responderte que no, que ahora te amo más, que te amo a vos por vos, por lo que haces por mí y por nuestra familia y por lo que logramos juntos, que te amo directamente y a través de nuestro hijo.
Estoy enlazando esta carta a la Fiesta de Enlaces #62 del Blog Personalización de Blogs.
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