Carta desnuda

Con esta primera carta entre Mario y Beatriz, creo que empiezo realmente la tercera y última parte de la historia de Dante.
Es imposible dormir
sin ti en esta madrugada,
porque mis olas de amor
no rompen sobre tu playa.
Es imposible evitar
el vacío en la mañana,
mi soledad en la noche,
tu adolescente mirada.
Es imposible vivir
entre la duda y la nada,
entre las lágrimas negras
y la sonrisa forzada.
Es imposible que tú
no sigas desnuda al alba
si te acaricio la piel
mientras duermes en mi cama.
Es imposible que vengas
es imposible que vaya,
¿cuántas lágrimas cabrán
en una misma almohada?