Revista Libros
Guillermo Carnero.Carta florentina. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2018.
Anciano venturoso el que consume el resto de su vida entre dos ríos: el que arrastra los días presentes, su aureola de frágil realidad al pudridero donde espera tendida su mortaja de insignificación, y el que discurre retrocediendo hacia el vergel sin muros de los días lejanos bendecidos por la luz que encendía fastuosala curvatura del reloj de arena, tiempo de candidez paladeado sin temor ni amargura ni amenaza, sólo el color, la forma y la armonía con que se dibujaba el paraíso.
Así comienza Carta florentina, el libro que Guillermo Carnero publica en la colección Vandalia de poesía de la Fundación José Manuel Lara.
Carta florentina es un largo poema oracular en tres movimientos en los que conviven la emoción y reflexión, la meditación existencial y la conciencia de la identidad sobre un fondo delimitado entre dos ríos y articulado en torno a núcleos significativos como el tiempo y el espacio, el amor y la muerte, la luz y el agua, la música y la pintura, el jardín y el sueño.
Florencia y Roma, Lisboa y Taormina son los escenarios de una escritura que evoca la memoria que funde vida y cultura desde la perspectiva del poeta en el umbral de la vejez. Con un potente despliegue metafórico y una ambiciosa construcción verbal, cada vez menos frecuente en la poesía actual, Carta florentina es, con su meditada arquitectura textual homogénea, un ejemplo de unidad estética cuya génesis explica así Guillermo Carnero en la nota preliminar: Más de una vez he tenido en Florencia la sensación de estar siendo observado por el oráculo, que no me concedió su epifanía hasta 2014. Ese año el ámbito florentino se me reveló con un alcance emocional retrospectivo que exigía ser formulado y verbalizado. /.../ Ese día supe que el oráculo empezaba a dirigirme la palabra, y hubo ya y desde entonces un hormigueo y un zumbido de imágenes, reconocimientos, hallazgos, desazones, falsas presencias; versos que no dejaron de perseguirme y acosarme de día y de noche hasta constituirse finalmente en un poema continuo entre enero y marzo de 2018, dejándome una gran fatiga y un gran alivio.
Santos Domínguez