Cartagena, una mañana entre miradores.

A veces pienso que tengo síndrome de álbum de boda: A la que pille se lo enseño. Creo que me ocurre  con algunas de las entradas con las que a veces salpico el blog como estas imágenes  que son tan poco novedosas como tomarse una misma 20 fotos con la Torre de Pisa como fondo.Pero es lo que ocurre cuando vas con una cámara se dispara sola y
por mucho que hayas recorrido un sitio parece que ves más cosas, te dota de lentitud y en ese ir pausado vas descubriendo detalles que otras veces se te escaparían.
Este Sábado Santo  no me hice los 50 kilómetros de  la Ruta de las Fortalezas calculo que todo  lo más uno y en llano y  para que mentir no toda la culpa la tienen las fotografías. Por mucho interés que pusiera en el paseo se iban cruzando estratégicamente en mi camino  locales con sabor y personalidad que me daban excusas para ir aún más demorada, reponiendo fuerzas como dirían algunos.
Y es  es que soy muy influenciable, entre tantos balcones miradores al final yo también me he convertido en miradora.