Revista Humor

Cartas

Por Miguelmerino

… mi escritura no tiene otro objetivo que intentar dar algo de orden a lo que me cuentan, a lo que me han contado, a lo que he leído con mis ojos y mis oídos, no busca otra cosa que fijarlo para poder releerlo.

El heredero, José María Merino, Alfaguara, 2003

Sentados en el sofá del salón, hacían manitas, como dos colegiales.

- Cariño ¿de verdad te quieres casar conmigo? – Preguntó él con voz dubitativa.

- ¡Pues claro mi amor! Me enamoré hasta las cachas desde la primera carta.- Le respondió ella con su voz más dulce.

- Es que de eso quería hablarte precisamente. Llevo unos días con un reconcome por dentro que no me deja dormir.-

- Ya lo he notado cariño, pero serán los nervios propios de la boda. Los hombres también os poneis nerviosos con estas cosas. Lo que pasa es que os da vergüenza reconocerlo.- Le cortó ella.

- No, no, cariño. No es eso. Es sobre las cartas.-

- Pero Juan, tesoro, si ya te dije que me enamoraron desde la primera hasta la última. -

- Pues por eso. No puedo mantener por más tiempo esta mentira. Inma, las cartas no eran mías. -

- Pero Juan, qué me estás contando. ¿Qué tú no escribistes esas cartas? Pero si las guardo como un tesoro. Todas. Sólo porque están escritas por ti. ¿Cómo puedes venirme ahora conque no las has escrito tú? ¿Me estás diciendo que mi amor se basa en un engaño? – Le contestó Inma entre sollozos.

- No, si escribirlas sí que las escribí. Pero su contenido me lo dictó Miguel. Yo me limité a copiar lo que él me iba dictando.

- ¡Uf, qué susto! ¿A quién le importa lo que dicen? ¡Si yo no se leer!


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