¿Hace cúanto que no compras sobres y sellos para enviar una carta?
Me refiero a enviar una carta personal. En la que explicas como te va la vida y le preguntas al del otro lado del papel, como le va a él. O , una de las típicas “vintage” : una cartita de amor. De las clásicas…
Si a mí me llega una carta a mi buzón con mi nombre y la dirección escritas a mano, este hecho por sí solo ya despierta mi atención. Ya hace años, colaborando con una Agencia de Publicidad en un evento en el que se presentaba un chocolate “gourmet” , me llamó la atención que la responsable del proyecto, se volviera loca buscando los datos de una empresa que confeccionaba invitaciones artesanas y, sobre todo, que preparaba los sobres con la dirección manuscrita en una caligrafía exquisita…Íbamos a enviar 100 dossieres de prensa ( en cajas de bombones) y una invitación a una especie de “desfile de alta costura” de chocolates ( con degustación de las creaciones) y esas invitaciones tenían que transmitir una sensación de refinamiento, artesanía, exclusividad.
Hoy, escribir a mano, se hace raro. Menos en Navidad ( postalitas y cada vez menos), nuestros buzones físicos se van quedando vacíos de nuestros temas personales y, en cambio, nuestros buzones virtuales se han llenado hasta los topes de nuestras palabras escritas en la nada. No es malo. Nos seguimos comunicando y de forma más efectiva pero sí que, en aras de la evolución , hemos perdido esa parte romántica y ritual de la relación epistolar.
De ahí que, en los tiempos que vivimos, una carta manuscrita puede ser un gran obsequio afectivo…con super-poderes .¿Qué te parece regalar una carta?. Olvidarte del mail, de los SMS , del whatsapp ( con el doble-chivato de ahora) y escribir en un papel un mensaje para alguién que nos importa. Amigos, Familia, Amantes… Se sorprenderán al llegar un día a casa y , al ir hojeando las cartas que había en el buzón, encontrarse con una letra familiar, manuscrita. . Puedes hacer reír, llorar ( de emoción) , afianzar una amistad, declarar tu amor …Sólo es necesario papel, boli y las ganas. Hecho lo más difícil, sólo hay que comprar el sobre y el sello y escribir (con cariño) el nombre del destinatario y su dirección.
El último paso es cruzar los dedos y esperar que el Servicio de Correos cumpla …
Carta de Gustave Flaubert a Louise Colet
Agosto 15 de 1846
Te cubriré con amor la próxima vez que te vea, con caricias, con éxtasis. Deseo atiborrarte con todas las alegrías de la carne, de modo que te desmayes y mueras. Quiero que seas sorprendida por mí, y para que te confieses a ti misma que nunca siquiera habías soñado con tales transportes… Cuando seas vieja, quisiera recordaras estas pocas horas, yo quisiera que tus huesos secos temblaran con alegría cuando pienses en ellas.
Uffff….
Y esto, escrito en 1846!.
He encontrado cartas “históricas” de todos los tipos en la web “Amor en Carta”.