Hola bichito,
Hoy te escribo esta carta con mucho miedo.
¿Recuerdas que en la anterior carta te conté que tendríamos que someternos a una FIV para poder llegar hasta ti? De repente, haciendo números, tu papá y yo nos damos cuenta de que como se me retrase la regla (cosa probable con el Procrin que empezaré a administrarme esta semana), nos plantamos en plenas navidades con el proceso.
En la primera visita a la clínica de infertilidad, la ginecóloga dijo algo que nos dio a entender que, en navidad, no podríamos hacernos el tratamiento “por las fiestas”.
Ahora mismo no estamos seguros de que significaron aquellas palabras, y nos planteamos el hecho de que, si empiezo a inyectarme Procrin y se me retrasa la regla, no podemos, ni queremos, correr el riesgo de que nos cancelen el ciclo.
Quiero pensar que este tipo de clínicas funcionan todos los días del año. De hecho, mañana tenemos cita para ver mis ovarios y dar luz verde para empezar con la medicación. Preguntaremos bien que posibilidades tenemos de llegar a completar al 100% este ciclo.
No obstante, el hecho de que exista la posibilidad de que nuestro encuentro se retrase otro mes más, me desgarra por dentro. No quiero esperar más, ¡estoy harta! Necesito conocerte ya, y parece que sólo tenga obstáculos para llegar hasta ti.
Mañana saldremos de dudas. Mañana a las 17h hablaré con el ginecólogo (el que haya, porque la mía sólo atiende por las mañanas), y en función de lo que nos diga, lo retrasaremos todo o seguiremos adelante, ya sea Nochebuena, Navidad o Año nuevo. No me importa.
Cruzo los dedos por que podamos empezar ya.
Te quiero bichito. ¡Enseguida voy a por ti!