Hola Bichito,
he perdido la costumbre de escribirte cartas y es algo que me gustaría retomar. Que las leas en el futuro me parece una gran idea, así que a ver si me aplico más a partir de ahora.
Ayer cumpliste 6 meses. ¡¡No me lo puedo creer!!
Eres un bebé sano, grande y muy risueño. Le sonríes a cualquiera y estás feliz en los brazos de cualquiera. Eres el caramelito de las abuelas, y por tu culpa, me paran por la calle para decirte cosas, y es que eres tan guapo…
Para mí siempre has sido perfecto. Jamás logré imaginar tu cara antes de que nacieras, pero una vez te vi pensé que eras tal y como pensaba que serías. Qué cosas, ¿verdad?
Ya no tienes las orejas tan pegadas a la cabeza como las tenías al nacer, y a tu papá le preocupa, pero es que las tienes igual que yo. Un poco soplillo, sí, pero encantadoras.
Hemos empezado a darte otras comidas a parte de teta, pero yo quiero seguir dándote el pecho lo máximo que aguantemos. Me encanta ver cómo pasan las horas mientras tú y yo nos detenemos con la teta. Es nuestro momento.
Queremos hacer BLW contigo, y aunque da mucho respeto, deseo que disfrutes de la comida todo lo que yo no fui capaz hasta los 20. Eso sí, poco a poco y con calma, y si te damos algún puré, tampoco se acabará el mundo.
Y no gateas, pero vas reptando allá donde te propongas, así que el día menos pensado descubres que si usas las rodillas, irás más rápido. El mayor aliciente para moverte es el mando de la televisión o mis zapatillas de estar por casa.
Te mueres de curiosidad viendo el Roomba aspirar, y aunque el otro día te atropelló un brazo y te asustaste, sigues queriendo ver dónde está. A tu hermana también le atropelló una vez, pero ella ya no quiere saber nada del aspirador.
Me has hecho una persona muy feliz al convertirme en mamá, y gracias a ti, la vida tiene otro color, otro sentido y otras prioridades.
Gracias Bichito por hacerme redescubrir el amor. Estoy locamente enamorada de ti.
Te quiere, mamá.