Revista Cultura y Ocio

"Cartas a una extraña", de Mercedes Pinto Maldonado: suspense y ausencias con una ambientación espectacular

Publicado el 03 agosto 2015 por Lidiacasado


Título: Cartas a una extraña
Autora: Mercedes Pinto Maldonado
Editorial: Amazon
Género: novela, suspense, romántica
Páginas: 349
Publicación: julio 2015
ASIN: B010ZHTJXG

  Berta regresa a la casa familiar, donde nunca deseó volver, para hacerse cargo de la herencia de su madre, una mujer oscura y controladora que convirtió su infancia en un infierno. Asediada por los recuerdos, decide liberarse de los fantasmas del pasado desenredando la madeja de engaños de doña Alberta y su primogénita y devolviendo la libertad a su última víctima, cuyas cartas sin abrir, ocultas en el desván hasta que da con ellas, le llegan al corazón. Pero hay quienes no se alegran de la decisión de Berta y pronto se ve inmersa en un camino de trampas que puede hacer peligrar su vida.
  A estas alturas, quizá no haga falta decir que soy muy fan de Mercedes Pinto Maldonado y que todo lo que he leído de ella me ha tocado el corazón. Empecé con Pretérito imperfecto, continué con El fotógrafo de paisajesLa última vuelta del scaife... Tengo todavía algunas de sus novelas pendientes, pero sé que las leeré porque es una autora que siempre me gusta. Por eso, cuando Libros que hay que leer, El universo de los libros y Adivina quién lee propusieron la lectura conjunta de su nueva novela (con la que participa en el concurso de Amazon y para el que le deseo lo mejor), no me lo pensé.
   Y he de decir que no me ha decepcionado. Pinto nos sumerge de lleno en la atmósfera de la casa a la que regresa Berta, con su ambiente opresivo, su oscuridad, los secretos que guarda, el dolor y la indiferencia que atesora... y nos hace compartir con la protagonista todo cuanto siente. Poco a poco, va desvelando el porqué del rechazo de Berta tanto hacia la casa como hacia a su madre. La autora utiliza a la perfección el recurso al recuerdo y, sobre todo, a los olores y la huella indeleble que dejan en nuestra memoria, para ir componiendo no solo el puzle de lo que ocurrió en aquella casa durante la infancia del personaje central, sino también sus emociones, las de entonces y las de ahora.
   Desde el principio, el misterio, la intriga, se cuelan en las páginas de este libro. Y son las que te hacen seguir pegada a él. ¿Por qué la madre de Berta era como era? ¿Qué ocultaba en su habitación? ¿Y en el desván? Pinto juega con lo que está y lo que no está (Berta y su madre muerta, el cariño de Teresa, la criada, y la indiferencia de doña Alberta, la casa y todo lo que no había en ella, todos los huecos, todas las puertas y los cajones cerrados, su oscuridad...) para crear una atmósfera totalmente envolvente que nos permite tanto meternos en la historia como sentirla, vivir con Berta su pasado y su presente.
   Y es que las ausencias se acaban convirtiendo en grandes elementos de esta novela: la ausencia de doña Alberta (ahora, porque está fallecida, pero antes porque se ocultaba en su habitación o era incapaz de mostrar cariño por Berta), la de la hermana de Berta, Yolanda, (ahora en Australia, pero antes tampoco estaba con ella, aunque vivieran en la misma casa), la del padre, la del amante de Yolanda, Saúl; la de esta respecto a él... La ausencia de cariño, la ausencia de una infancia feliz, la ausencia de una familia a la que se pueda llamar como tal, la ausencia del amor, la ausencia de la pasión... Casi podríamos decir que esta es una novela de ausencias en la que única presencia real es la de Berta y las consecuencias que tantas carencias han tenido para ella.
   Lo que en un principio es una novela de misterio con bastante peso del componente psicológico va mutando en una novela romántica con un toque de magia y de serendipia. No me hubiera importado un desarrollo mayor de la trama relacionada con doña Alberta, descubrirla más en persona y menos por referencias, comprende mejor su manera de ser. Creo que es un personaje muy atrayente, carismático en su maldad, y no me hubiera importando que la trama continuara con ella. Y lo mismo me ocurre con la hermana, apenas esbozada en la novela. O con Teresa, a la que conocemos bastante pero cuyo punto de vista queda mediatizado por la narración en primera persona.
   En cualquier caso, Mercedes Pinto vuelve a ofrecernos una novela solvente, bien construida, con temas interesantes sobre los que reflexionar, cargada de sensaciones y con una atmósfera magistralmente construida (tanto en el caso de la casa como en el de todo lo que rodea a Saúl). Una novela que avanza a buen ritmo, que te mete de lleno en sus páginas y con un final tan lleno de posibilidades como la vida misma.
   Nos seguimos leyendo.

   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  • Reto Leemos en Digital: 12/12 
 

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