Año: 2015Nº de páginas aprox.: 349
Cartas a una extraña es la última publicación de Mercedes Pinto Maldonado, una autora de la que hasta ahora he leído tres obras con muy buen resultado, Maldita, La última vuelta del scaife y El fotógrafo de paisajes, por lo que no he podido resistirme a disfrutar de esta última, más teniendo en cuenta que tanto su portada como su sinopsis me atrajeron inmediatamente.
La trama de "Cartas a una extraña" gira en torno al personaje de Berta, una mujer que regresa a la casa donde nació y creció en Madrid, tras quince años de ausencia, para hacerse cargo de los bienes de su madre, fallecida recientemente. La relación de Berta con su familia nunca ha sido buena pues su madre Alberta, una mujer controladora y manipuladora, convirtió su vida en un infierno, por lo que desde que abandonó la casa años atrás instalándose en Londres, no ha mantenido contacto con ella ni con su hermana Yolanda. Será Teresa, la fiel sirvienta de la familia, quien a su llegada a la casa le ponga al corriente de lo ocurrido años atrás en la familia, desvelando unos hechos que despertarán en Berta la necesidad de investigar y esclarecer lo sucedido, necesidad que se incrementará cuando encuentre en el desván una serie de cartas sin abrir que harán despertar en ella sentimientos que no creía posibles.
Mercedes Pinto Maldonado
Al igual que con sus anteriores obras, he disfrutado leyendo "Cartas a una extraña", una novela cuyo argumento me ha atrapado desde sus primeras páginas, haciendo que no pudiese abandonar su lectura hasta llegar al final, que por otra parte ha sido lo que menos me ha gustado. Al igual que en anteriores obras de Mercedes, la psicología de los personajes juega un papel importante en su desarrollo, pero al mismo tiempo tenemos una trama en la que el misterio y el suspense están presentes desde el principio, manteniendo la atención del lector y haciendo que su interés vaya en aumento.Cartas a una extraña se presenta dividido en veintiún capítulos que vienen introducidos por la fecha en la que tiene lugar la acción que se desarrolla en los mismos, abarcando temporalmente los veintiún días que transcurren desde un once hasta un treinta de junio. De esta manera, la trama transcurre linealmente y en cada uno de estos capítulos se recogen los avances que Berta va realizando cada día, siendo ella misma la encargada de narrar estos hechos al lector utilizando para ello la primera persona del pasado. Además, intercalas en los capítulos vamos a encontrar la reproducción de algunas de las cartas que Berta ha localizado en el desván de la casa, cambiando en este caso tanto la voz narrativa como el tono empleado para adaptarse al carácter intimista y reflexivo que predomina en ellas.Uno de los motivos por los que me gusta leer a Mercedes es por su estilo narrativo, el cual hace que la lectura, con independencia de la trama que desarrolle, resulte sumamente agradable. En este caso nos volvemos a encontrar con esa prosa elegante, cuidada, envolvente y profunda que no pierde su sencillez y de la que ya disfrutamos en sus anteriores obras. El ritmo en este caso se mantiene constante aunque no es intenso, más bien es una obra que discurre de forma pausada, logrando mantener el interés del lector gracias a las dosis de misterio y suspense que se alternan con las partes más personales e introspectivas.Y es que esta novela de Mercedes Pinto Maldonado combina en su interior varios elementos que se mantienen equilibrados y hacen que el conjunto final resulte de lo más atractivo. De esta manera, estamos ante una novela de misterio e intriga pues parte de su trama gira en torno a unos sucesos que tuvieron lugar años atrás y que Berta necesita aclarar para reconciliarse con los fantasmas de su pasado, pero también nos vamos a encontrar con romanticismo al estar el amor muy presente en buena parte de su desarrollo, y todo ello aderezado tanto con las reflexiones de la protagonista, que aportan una faceta más intimista, como con las relaciones y secretos familiares.Ya he comentado en las anteriores reseñas de los libros de Mercedes Pinto Maldonado que uno de los puntos fuertes de la autora es la construcción de personajes, algo que vuelve a ser evidente en el caso de Cartas a una extraña, aunque en este caso su protagonista, Berta, no ha sido una mujer con la que haya llegado a conectar ni ha logrado despertar mi simpatía. No obstante, es un personaje que queda perfilado con sumo detalle, especialmente a nivel psicológico pues la narración en primera persona nos permite acceder a sus sentimientos y emociones, descubriendo de primera mano las experiencias que ha sufrido en su pasado y que son las que, en parte, han dado lugar a la persona en la que se ha convertido hoy en día, una mujer independiente, autosuficiente, exigente y un tanto distante y fría, aunque teniendo en cuenta el entorno en el que se ha criado esto último es normal.
Si bien Berta es la protagonista en esta historia, a su alrededor giran unos personajes que tienen un papel muy definido y que van a resultar de suma importancia para el discurrir de los acontecimientos, por lo que están igualmente cuidados en cuanto a su trazado, a pesar de que este queda limitado en parte ya que nuestra percepción es la misma que tiene Berta, por lo que hay parcelas de información a las que no tenemos acceso. Entre todos ellos y teniendo en cuenta su posición destacan las figuras de Alfonso, detective privado encargado de llevar a cabo la investigación; Teresa, empleada de la familia y que a mí ha sido el personaje que me ha resultado más cercano, y Saúl, un hombre al que conoceremos únicamente en parte y quizás por eso a mí no me ha resultado demasiado creíble ya que no he llegado a entender sus sentimientos ni su forma de actuar.Como os decía anteriormente, las reflexiones de la protagonista adquieren bastante relevancia en Cartas a una extraña y así nos encontramos con párrafos en los que comparte con el lector sus pensamientos en torno a temas como la familia, los vínculos afectivos, la infancia, la influencia del pasado, el amor o las relaciones sentimentales. Así mismo otro tema que aparece muy presente en esta novela es la pintura, mostrándonos tanto las impresiones que despiertan los cuadros en las personas que los contemplan como en el plano opuesto, las sensaciones y emociones que el pintor intenta plasmar a través de las pinceladas. Creo que aquellos lectores aficionados a la pintura disfrutarán con estas partes pero en mi caso, ha habido algunos momentos en que estas descripciones se me han hecho un tanto pesadas ya que mi interés estaba en descubrir cómo continuaba la historia y el análisis del cuadro estaba impidiendo el avance, especialmente en el tramo final de la novela.En relación con este último apunte y como comentaba al principio, el cierre de la historia no me ha convencido totalmente ya que me ha parecido que todo sucedía con demasiada precipitación. Me hubiera gustado que se mantuviese ese ritmo pausado que domina el resto de la narración así como encontrar explicaciones que, con mayor detalle, ayudasen a aclarar todos los frentes abiertos, pues desde mi punto de vista hay cuestiones que quedan en el aire. Es por eso y por la forma en la que este desenlace está planteado que podemos pensar en la posibilidad de una continuación en el futuro que recoja la respuesta a estos interrogantes, así que habrá que estar atentos a próximas publicaciones de la autora ya que, al menos a mí, me encantaría profundizar en estas cuestiones.Resumiendo y a pesar de esto último, Cartas a una extraña ha sido un libro con cuya lectura he disfrutado mucho y por lo tanto, os recomiendo, especialmente si os gustan las tramas con intrigas y secretos familiares. Una obra intensa, bien escrita, con un atractivo planteamiento que mantiene la tensión e intriga, y en cuyo interior se combinan diferentes elementos que la hacen recomendable para todo tipo de lectores.Si te ha gustado mi reseña, puedes comprar Cartas a una extraña a través del siguiente enlace: