Hace unos días, alguien leyó uno de mis post y se abrió un debate inesperado sobre mis opiniones respecto a las relaciones y a los divorcios...
En cualquier caso, es verdad:
¿Qué coño sé yo de nada en esta vida? ¿Por qué tienen que pensar los demás igual que yo? Mis experiencias en estos temas, son sólo mías.Me dijeron que tras toda esa palabrería, se escondía el fantasma de mi ex (y no puedo quitarles la razón) si no fuese porque tengo un ex, seguramente hoy este blog no existiría.
Cuando doy una opinión sobre los fracasos en las relaciones,inevitablemente hablo desde mi perspectiva.
Yo soy yo y mis circunstancias
¡Estaría bueno que hablase desde la perspectiva de mi ex!Se me hace muy complicado escribir sobre la liberación que uno siente cuando consigue romper las reglas sociales y se divorcia, pues yo viví el lado de la angustia vital y no soy capaz de identificar el divorcio como una experiencia liberadora (al menos de momento).
Sobre lo feliz que te sientes al no aguantar al idiota de turno que tenías por pareja, lo bien que sienta no depender de nadie emocionalmente cuando tú eres el que deja a su familia y te quedas económicamente bien y derivas tus obligaciones al traspaso de un cheque a fin de mes.
Obviamente, si el divorcio me hubiese dejado una cifra con ocho o nueve ceros en la cuenta bancaria, mi perspectiva cambiaría.
Sí, se me hace difícil ponerme en la piel de la persona que decide romper una relación porque "ya no aguanta más". Porque no lo he vivido desde esa perspectiva y no sé lo que se siente.
En mi post Claves de una pareja feliz dejé una frase lapidaria, que ha provocado reacciones que no me esperaba. No supe expresar correctamente lo que sentía y no se interpretó como yo pretendía.
Pregunta qué es lo que necesita el otro, porque sinceramente, cuando todo se vaya a la mierda y ya no quiera responderte o te abandone, o te cambie por otro/a... tendrás para pensar en ti (y solamente en ti) el resto de tu vida".
No entendieron que hablaba de mí, hablaba sobre la eterna duda que ahora tengo, si fue culpa mía, si fui egoísta, si fui caprichosa...
Una vez que me ha dejado, (por egoísmo, por no cuidar la relación, por no haberle preguntado qué necesitaba...) Ahora tengo todo el tiempo del mundo para pensar en mí.
Tal vez sonó de otra forma, como si los que abandonan una relación, estuviesen firmando su sentencia de ser abandonados algún día, pero no es verdad (otra cosa es que yo sienta que es lo que merecen y lo pienso desde el rencor y la ira, pero no tengo razón).
Pues bien, puede que esté equivocada y todos los que están al otro lado como "iniciadores" de las rupturas, ¡Lo estén pasando de puta madre!
Puede que hayan mejorado como personas, que hayan encontrado a alguien mejor que al que han dejado, que se hayan vuelto a enamorar y su vida haya cambiado para bien. Todo es posible.
Por lo tanto, señor Director de "Cosas que nadie te dice" (osea, Rubita Gallega)... Deje de publicar artículos sobre lo que no tiene ni puñetera idea, seguramente todos los que han pedido el divorcio, son super felices.
Para infelices ya estamos nosotros, los abandonados. Que llegamos a sentirnos tan mierdas, tan indignos de amor, y no merecedores de oportunidades, tan malas personas... Yo misma pienso que he debido ser horrible como pareja si he conseguido que me abandonasen después de 10 años y 2 hijas, me siento tan egoísta, tan fracasada (una llega a fustigarse emocionalmente con estos pensamientos todos los días) Estoy en síndrome de Estocolmo total... He pasado de echarle la culpa al otro a echarme la culpa de todo a mí misma.No olvide usted, que yo formo parte del bando abandonado, no del bando que abandona.
Y claro... ¿Qué voy a saber yo sobre lo que siente o piensa el que abandona?No puedo juzgar a los que abandonan una relación como si fueran criminales destinados a sufrir el resto de sus días... Puede que con el tiempo, aquella decisión tan dura se convierta en la mejor decisión ¿Quién sabe?
Te presto mis zapatos:
Los que piden el divorcio, muchas veces han sufrido lo indecible para tomar esa decisión, han probado todas y cada una de las técnicas conocidas de reconciliación y probablemente en el transcurso de los años en pareja, han dejado de ser ellos mismos por complacer a otra persona, por mantener unida a una familia.
Tengo que reconocer que, en muchas ocasiones la balanza se inclina hacia mi perspectiva, que no soy justa con personas que han decidido algo que yo no comparto, que yo no elegiría (o puede que sí, nunca se sabe)
Admito mi falta de equidad, cuando sentencio mis artículos con frases lapidarias... No soy juez, en tal caso soy parte, parte de las estadísticas de matrimonios fracasados, de familias monoparentales y quién sabe si algún día seré parte de las nuevas familias reconstituidas...
Por lo tanto, no tengáis en cuenta lo que escribo, pues más allá de mi propia terapia, no tiene más fundamento que la experiencia vivida y también hay que dar voz al otro bando ¿no?
El caso es que, Señor Director...No olvide, "El lobo siempre será malo si sólo escuchamos a Caperucita".