Revista Comunicación

cartas del mazo: momentos mágicos y emotivos

Publicado el 03 agosto 2011 por Libretachatarra
Cuando uno escribe un weblog, sin pensarlo, abre una ventana al mundo. Los radioaficionados de antaño decían que “no se sabe para donde se dispara la onda” y la transmisión radial rebota en los rincones más insospechados del planeta. En este universo que es Internet, uno postea sin prever cómo se toca el corazón del otro, cuál cuerda sensible se pulsa desde el rinconcito virtual que uno amasa con esmero, día tras día.
La semana pasada se produjeron un par de esos momentos mágicos y emotivos que todo blogger encuentra en su vida. Dos posts pegaron en sendos visitantes, tocando sus propias historias personales. Y ambos, afortunadamente, nos hicieron saber cómo este blog interactuó con sus sentimientos.
El primer caso es del de Graciela S. quien, el 29/07/11 me envió un correo (y nos dejó un comentario), respecto al célebre post “El día que estuve orgulloso de mi perro” (http://libretachatarra.blogspot.com/2010/07/el-dia-que-estuve-orgulloso-de-mi-perro.html), la historia de los últimos días de Micky, mi perro.
Nos cuenta Graciela S.:
Leí tu relato en Oblogo, y me emocioné junto con Rocket, que en ese momento tenía 15 años: un caniche toy mezcla con maltés que llegó a mi vida en el '95 como si fuera mi tercer hijo. Lloré porque a él ya le costaba un poco subir las escaleras y ya no lo sacaba casi a pasear (con todo lo que eso implica) ni dejaba que se subiera a las camas para que no se golpeara al caer. El 28 de junio pasado tuve que cumplir la promesa que le había hecho de que no iba a dejar que se arrastrara (las patas traseras se le fueron "desconectando" por la columna hecha pomada, además de la tos del corazón), pero también mantuvo su dignidad mientras la doctora (llorando conmigo) preparaba la jeringa, sentado como los caballos, con las patas traseras extendidas y haciendo equilibrio. Lo miré a los ojos hasta que vi que ya no tenían luz (bueno, atrás de sus cataratas) (…) Me puse a buscar tu publicación para leerla por prescripción médica (te juro: mi médico me dijo que lo llore).
Si alguna vez tuve alguna duda sobre la oportunidad de escribir y publicar el post de Micky, al día siguiente de su muerte, con ese pudor borgeano de no caer en el sentimentalismo, correos como estos (tantos como la catarata de comentarios que recibió el post) me indicaron de la corrección de ese acto. El sentimiento que flota en las líneas de ese post es idéntico al de todos los bicheros que han sufrido la muerte de una mascota y compartido esa dignidad intuitiva que muestran cerca del final.
Agradecemos a Graciela S. su correo y comentario y que haya compartido su experiencia con nosotros. Más aún, porque, por esas concordancias cósmicas, su correo llegó a nuestra casilla electrónica el día exacto en que se cumplía un año de la muerte de Micky. De algún modo, nos consoló que la memoria de nuestro bichito seguirá dando vueltas en el ciberespacio, mientras este weblog siga colgado en Internet.
El otro momento mágico y emotivo llegó con el correo de Ricardo Rodríguez Pereyra quien en la serie de posts en los que contamos la historia del desaparecido cine Gran Bijou de Villa del Parque (ver: http://libretachatarra.blogspot.com/search/label/los%20fantasmas%20del%20gran%20bijou) encontró una referencia a un trabajo de José Fuster Retali, “La ausencia de la Historia Argentina en el cine nacional”.
Ese nombre no era le era indiferente a Ricardo Rodríguez Pereyra como nos cuenta en su correo:
“Te agradezco mucho su inclusión. José y yo compartimos la vida durante un cuarto de siglo (hasta su muerte ocurrida el año pasado). Además de docente, escritor, director de teatro; era un profundo investigador sobre cine argentino e internacional. Sus artículos están en el sitio Letras Uruguay, en revistas de universidades (Gotemburgo, San Pablo), Cuadernos Hispanoamericanos (Madrid), etc. y en algunos otros sitios de internet. Más allá de los sentimientos personales, entiendo que su trabajo es valioso y la reproducción en un blog de la calidad del tuyo, colabora en la continuación de su obra”.
De pronto, por esos desconocidos caminos que tiene Internet, una referencia al pie de un artículo toma cuerpo y tenemos una cara, una historia, una persona. José Fuster Retali ha dejado de ser, por este ejercicio conjunto de la memoria que es Internet, una mera referencia. De alguna manera, su pérdida se atenúa, con su recuerdo, cada vez que estemos comentando o citando su obra, su herencia.
Ricardo Rodríguez Pereyra nos ha aportado los links donde están los escritos de José:
http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/fuster_jose/indexn.htm
y sus propios escritos:
http://letras-uruguay.espaciolatino.com/rodriguez_ricardo/indexe.htm
Agradecemos a Ricardo que nos haya permitido compartir este recuerdo con todos los visitantes de la página.
Gracias a todos los que pasan y dejan su comentario en la página. Todos son leídos (hasta los span) y agradecidos tácitamente. La página es lo que es, por los visitantes y lectores.
Un saludo a todos y sigamos juntos un rato más.

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