Traducción: Santiago del Rey FarrésAño: 2013ISBN: 978-84-08-10136-9Nº de páginas: 288
Tenía Cartas desde la isla de Skye, primera novela publicada por Jessica Brockmole, esperando en mi estantería desde el año pasado que tuve la suerte de ganarla en un sorteo y, puesto que encajaba en algunos de los retos a los que estoy apuntada, hace unos días me animé por fin a comenzar su lectura. "Cartas desde la isla de Skye" transcurre a través de dos hilos temporales que abarcan las dos guerras mundiales. Por una parte, encontramos a David Graham, un joven de Illinois que, ante la admiración que siente por los poemas de Elspeth Dunn, se decide a enviarle una carta manifestándole su entusiasmo. En la isla de Skye, Elspeth recibirá esta carta con asombro y emoción, y no dudará en enviar una respuesta a su fan americano, iniciándose así una relación de amistad que desde el año 1912 se irá estrechando paulatinamente, dando lugar a unos sentimientos más profundos que se verán truncados con el estallido de la I Guerra Mundial.Por otra parte nos trasladamos al año 1940 para conocer a Margaret, la hija de Elspeth, quien está enamorada de un piloto inglés con el que planea contraer matrimonio. Su madre intentará disuadirla basándose en su propia experiencia, pues nadie mejor que ella sabe lo doloroso que es mantener una relación en tiempos de guerra, actitud que Margaret no entenderá hasta que casualmente encuentre las cartas que su madre ha conservado durante los últimos años, que serán las que le permitirán descubrir la historia vivida por Elspeth durante la anterior guerra. Había leído bastantes opiniones positivas sobre esta novela, pero por alguna razón tenía la idea de que yo no iba a disfrutar tanto con su lectura y una vez finalizada he de reconocer que estaba equivocada, pues también me ha parecido una preciosa historia y me ha gustado mucho.
Jessica Brockmole ( © Sarah Lyn Acevedo (Fuente))
Como quizás habéis deducido por su título, Cartas desde la isla de Skye es una novela epistolar al estar construida a base de las diferentes cartas que los protagonistas se van intercambiando. Principalmente se recogen las cartas que David y Elspeth se envían aunque también tienen cabida las que envían a otros familiares o amigos en ese hilo temporal y, cuando nos situamos en el año 1940, los destinatarios son más variados, incluyendo a la propia Elspeth, al novio de Margaret, Paul, o al hermano de Elspeth, Finlay. Si bien la novela tiene dos tramas claramente relacionadas entre sí, la historia del pasado es más significativa abarcando un mayor número de páginas. Estructurada en veintinueve capítulos en los que se alternan ambos hilos temporales, cada uno de ellos queda compuesto por diferentes cartas, unas más extensas que otras en función de su contenido y del tiempo transcurrido entre un envío y otro. A pesar de que el ritmo narrativo es pausado, tanto por la estructura empleada como por la forma en la que está escrito, es un libro que se lee con mucha agilidad, resultando una lectura sumamente entretenida. El estilo de Jessica Brockmole se caracteriza por el uso de una prosa cálida y cercana que, sin perder la sencillez, se encuentra muy cuidada. Puesto que nos encontramos ante cartas que han sido redactadas por diferentes personas, en función de quien sea el remitente existe un tono en su redacción adaptado a cada personaje y que nos permite diferenciar claramente a unos de otros. Es una novela en la que priman emociones y sentimientos y en este sentido destaca la capacidad y sensibilidad de la autora a la hora de reflejar las mismas a través de las palabras impresas en las cartas. Por otro lado, como contrapunto al dramatismo que acompaña a algunos momentos, encontramos otras partes en las que prima la ironía y el buen humor que nos arranca una sonrisa ante el relato de algunas situaciones. Uno de los grandes aciertos de Cartas desde la isla de Skye está en la construcción de la pareja protagonista, quienes se ganan el afecto del lector desde las primeras páginas. Elspeth y David son dos personas que transmiten cordialidad, simpatía y optimismo, por lo que es muy sencillo conectar con ellos e implicarse en la historia que están viviendo. Jessica Brockmole dibuja con acierto y calidez sus caracteres, matizándolos progresivamente y dando como resultado unas figuras carismáticas que resultan creíbles y tremendamente cercanas. Elspeth Dunn, que para David será Sue, es una joven que a sus veinticuatro años nunca ha salido de Skye, isla situada frente a la costa noroeste de Escocia. Siente pánico a subir en barco y por eso ha limitado su vida a este entorno, centrándose en escribir poesía, gracias a lo que ha adquirido cierta fama. La llegada de una carta de uno de sus fans será un hecho inusual que le permitirá ir descubriendo un nuevo mundo más allá de su isla, además de despertar paulatinamente en ella unos sentimientos cada vez más profundos.Por su parte, David Graham es un joven estudiante de veintiún años de Illinois, donde se prepara para cursar estudios de medicina en la universidad por deseo de su padre, a pesar de que él no siente ninguna vocación. David es una persona encantadora, de carácter jovial, optimista, ingenioso y despreocupado, a quien acompaña normalmente el buen humor, incluso en las situaciones más extremas, encontrando siempre el lado positivo y permitiéndose bromear la mayor parte del tiempo. Las diferencias entre ambos son palpables pero a medida que el tiempo transcurra sus personalidades irán evolucionando y transformándose por influencia del contacto mantenido. Así Elspeth irá perdiendo parte de su madurez y seriedad para dejar paso a una mujer más aventurera y decidida que abrirá sus horizontes, mientras que David por su parte irá dejando atrás su carácter juvenil y despreocupado para madurar y adquirir responsabilidades y compromisos. Elspeth y David son los dos protagonistas de esta historia pero junto a ellos encontramos a una serie de personajes secundarios que sin llegar a ser tan llamativos, juegan un importante papel para el desarrollo de la trama. Así tenemos a Margaret, una joven que a causa de la guerra trabaja como acompañante en la evacuación de niños a zonas más seguras y que deberá enfrentarse al pasado que su madre ha mantenido oculto todos estos años; su prometido Paul, un joven piloto de la RAF, Finlay, el hermano de Elspeth o su marido Iain. Como telón de fondo en la novela están las dos guerras mundiales, situaciones que la autora emplea para enmarcar su historia pero sin ahondar ni en la guerra en si misma ni en los hechos históricos más relevantes. En este caso lo verdaderamente importante son los personajes y así se centra en relatar cómo viven esta situación, los sentimientos que genera, las pérdidas y el sufrimiento. Queda patente así el dolor provocado por las guerras, las separaciones forzosas, la dificultad de mantener el contacto, la incertidumbre e impotencia ante la falta de noticias, la crudeza de las experiencias vividas o el poder de destrucción que tienen las contiendas. De esta manera resulta una lectura interesante que nos acerca a las personas y nos permite ponernos en su lugar y afrontar las terribles y dramáticas experiencias vividas, aunque no llega a ser una novela triste pues la personalidad de los protagonistas y su fortaleza hace que predomine un tono más bien optimista, marcado por el cariño y la delicadeza. Es evidente que el amor está muy presente en esta novela y personalmente me ha gustado mucho como Jessica Brockmole lo ha afrontado. Lejos de encontrarnos con un típico romance, la relación entre Elspeth y David se construye paulatinamente, siendo los lectores testigos de la forma en la que van surgiendo los sentimientos y afianzándose. Al acceder a algo tan íntimo y personal como son las cartas, se establece una complicidad entre lectores y personajes que crea un estrecho vínculo que nos permite disfrutar y compartir su evolución, implicándonos en la historia y viviéndolo como algo muy cercano. Pero no solo observamos el amor en su concepción más romántica sino que también está presente el amor a través de la amistad, el amor entre hermanos o el que une a una madre con su hija y viceversa, quedando plasmados todos estos sentimientos con una gran sensibilidad y delicadeza por parte de la autora. Resumiendo, a través de una estructura epistolar y de dos hilos temporales, Cartas desde la isla de Skye recoge un relato que se extiende entre las dos guerras mundiales y que nos permite descubrir la bonita historia protagonizada por dos carismáticos y entrañables personajes. Si bien su desarrollo es un tanto predecible, es una lectura que merece la pena y con la que sin duda disfrutarán los aficionados al romance.Si te ha gustado mi reseña, puedes adquirir el libro a través de los siguientes enlaces:
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