Cartas en el cajón y ninguna es de amor

Querida Milagros:

¿Te sorprende que te escriba? Hay una cosa que te quiero decir que es importante, al menos para mí. Cómo hablar si cada parte de mi mente es tuya…

Sólo pienso en ti. Mi cabeza da vueltas persiguiéndote. Cuántas veces he intentado enterrarte en mi memoria… Lo mismo te echo de menos, lo mismo, que antes te echaba de más. Me miro y lloro en el espejo y me siento estúpido, ilógico. Sin ti no soy nada. Me llenas, me vacías, me desarmas. Eres mi aliento y mi agonía. No dejas aire que respirar. Vivir así es morir de amor. Y sin embargo, cuando duermo sin ti, contigo sueño. So payaso. A veces siento compasión por este loco, ciego y loco corazón. No sé por qué te quiero, será que tengo alma de bolero.

Cuatro años de felicidad intercalada, cuatro años de desconfiadas miradas. Por ahí se escapa, por ahí se pierde, por ese camino del que nunca vuelve. Ah, cómo hemos cambiado… qué lejos ha quedado. El tiempo pasa y no puedo reír. Aunque la historia se acabó, hay algo vivo en este amor. Mi corazón me grita, me aprisiona, sin querer. Y aunque fui yo quien decidió que ya no más, me muero por abrazarte, me muero por besarte, dormirme en tu boca. Por ti me muero y no quiero seguir así. Me muero por ti, viviendo sin ti y no aguanto, me duele tanto estar así. Yo no creí jamás poder perder así la cabeza. Me enseñaste el límite de la pasión y no me enseñaste a decir adiós.

¿Dónde está nuestro error sin solución? No pido perdón, ¿para qué? No quiero que me perdones y no me pidas perdón. No me mientas, no me digas la verdad. No te rías de mí, no me arranques la piel. Nada siempre es toda la verdad, nada significa nada. Silencio, brillo y cordura. Ya no persigo sueños rotos. Ya no tiene sentido, es mejor que sigas tu camino. No intentaré convertir mi futuro en tu hiel. Cuando brille el sol te recordaré… Y cada noche vendrá una estrella a hacerme compañía. Tal vez la noche sea más corta, no lo sé. Presiento que tras la noche vendrá la noche más larga.

Malos tiempos para la lírica. Y aún a ratos, ya ves… Ya no sé si el mundo está al revés o soy yo quien está cabeza abajo. El dolor me vuelve de papel.

Si alguna vez amé, si alguna vez después de amar amé, fue por tu amor.