



PARQUE JURÁSICO: Con el aspecto de un folleto del siglo XIX se nos presenta este interesante trabajo, quizás porque fue entonces cuando la paleontología se convirtió en un fenómeno imparable, en buena medida por el impacto que supuso Darwin y su Teoría de la Evolución.

2001. UNA ODISEA DEL ESPACIO: Composición de muchos de los elementos de la película de Kubrick, el mono agresivo armado de violencia como primer signo de inteligencia humana, el monolito metafórico y ese final un tanto extraño plagado de simbolismos e interpretaciones.

BLADE RUNNER: Uno de los grandes aciertos del film de Ridley Scott fue su ambientación opresiva. Esa lluvia plomiza, eterna, igual que la noche, el mar de paraguas y el futuro retratado entre luces de neón, tecnología y cyberpunk, se refleja a la perfección en esta interesante reinterpretación.

TERMINATOR: Lo que se escondía bajo la piel del T-800, interpretado por Schwarzenegger, era un diseño aterrador del mago de los efectos especiales Stan Winston. Un ciborg sin parangón, tejido vivo sobre endoesqueleto de metal, el mensajero de la muerte que podía cambiar el futuro destruyendo el presente... y si parece que se ha escapado de una vidriera mucho mejor.

LOLITA: Aunque en el cartel original el personaje de Lolita, Sue Lyon, da buena cuenta de una piruleta, aquí se ha optado por algo mucho más redondo, con las oportunas advertencias sobre la edad y la peligrosidad de las relaciones destructivas cimentadas en diferencias evidentes de madurez.

¿QUIÉN ENGAÑÓ A ROGER RABBIT?: Tras la imagen de nuestro protagonista, que representa ese mundo loco y entrañable inspirado en Tex Avery, emerge la figura siniestra del malo de manual interpretado por Christopher Lloyd.

NÁUFRAGO: Wilson fue un tipo simpático de pocas palabras y buen compañero de confesiones para Tom Hanks, alguien con el que evitar la locura y, aunque desapareciera en alta mar, no hay problema siempre que tengamos una tienda de deportes a la vuelta de la esquina.