FAHRENHEIT 451: Colorista versión que me recuerda algo al cartel del film de los Beatles "Yellow Submarine" y al estilo del animador canadiense George Dunning, pero despojado de sentido del humor. Y es que la película tiene poco que ver con la comedia.KING KONG: Esta versión demuestra a las claras que el film de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack era una atracción de primer orden, cine dentro del cine en su plano más onírico y aventurero.ALIEN: Sangre, ácido y sudor, tres componentes presentes en la obra inaugural de la saga del pasajero inesperado de Ridley Scott. Adrenalina, suspense, supervivencia, factores primarios de un buen film como el que nos ocupa. Después vendría Prometheus y sus implicaciones filosóficas, pero eso es otra historia...REGRESO AL FUTURO: Tres componentes básicos de la película: la torre del reloj, el DeLorean y la silueta de un guitarrista, que no es otro que Marty McFly, intentando que sus padres se enamoren a buen ritmo, aunque no pueda reprimir su entusiasmo musical. Una actuación que cambiará la historia, al menos la suya.
HIJOS DE LOS HOMBRES: En el año 2006 Alfonso Cuarón nos trajo esta distopía, de un futuro en el que la humanidad se encamina a su extinción, debido a su incapacidad para procrear. Sin embargo, una mujer se convierte en la única esperanza al quedar embarazada. Todo este argumento queda fenomenalmente retratado en el cartel, donde, entre unos huevos sin vida, aparece uno con la señal inequívoca del pulso vital.
PARQUE JURÁSICO: Con el aspecto de un folleto del siglo XIX se nos presenta este interesante trabajo, quizás porque fue entonces cuando la paleontología se convirtió en un fenómeno imparable, en buena medida por el impacto que supuso Darwin y su Teoría de la Evolución.
PSICOSIS: Aquí se nos muestra directamente, aunque de forma un tanto voyeur, lo que sucedió inmediatamente después de uno de los crímenes más vistos de la historia del cine. Es, desde luego, un destripamiento de una parte fundamental del argumento, eso que hoy se llama spoiler, y que el maestro del suspense, Alfred Hitchcock, no hubiera permitido bajo ningún concepto. No obstante, el cartel es magnífico.
2001. UNA ODISEA DEL ESPACIO: Composición de muchos de los elementos de la película de Kubrick, el mono agresivo armado de violencia como primer signo de inteligencia humana, el monolito metafórico y ese final un tanto extraño plagado de simbolismos e interpretaciones.
TIBURON: Ofrecer una alternativa diferente a una película cuyo cartel original es todo un icono en el séptimo arte, es todo un atrevimiento. Hay que reconocer que esta nueva interpretación tiene cierto mérito. Ese monstruo difuminado, que acecha a su inocente víctima, tiene un componente de terror primigenio que no deja indiferente. En la película sólo se vio, en un plano largo, gritos, sangre y silencio. Después vendría la sobrecogedora escena del puerto y la bofetada de una madre que hace caer la culpa sobre el bueno del sheriff Brody.
BLADE RUNNER: Uno de los grandes aciertos del film de Ridley Scott fue su ambientación opresiva. Esa lluvia plomiza, eterna, igual que la noche, el mar de paraguas y el futuro retratado entre luces de neón, tecnología y cyberpunk, se refleja a la perfección en esta interesante reinterpretación.
EL EXORCISTA: Si existiera un departamento de exorcismos, ubicado en un moderno edificio de paredes blancas y gestionado por funcionarios, este cartel estaría sin duda pegado en la puerta. Simbolismo minimalista de aseos públicos y oficinas, una treta del diablo para confundirnos.
TERMINATOR: Lo que se escondía bajo la piel del T-800, interpretado por Schwarzenegger, era un diseño aterrador del mago de los efectos especiales Stan Winston. Un ciborg sin parangón, tejido vivo sobre endoesqueleto de metal, el mensajero de la muerte que podía cambiar el futuro destruyendo el presente... y si parece que se ha escapado de una vidriera mucho mejor.
LOOPER: Que tu sombra del pasado sea tu propia ejecutora, refleja a la perfección el argumento que pone en marcha un film que habla del tiempo y de las rescisiones laborales un tanto extremas.
LOLITA: Aunque en el cartel original el personaje de Lolita, Sue Lyon, da buena cuenta de una piruleta, aquí se ha optado por algo mucho más redondo, con las oportunas advertencias sobre la edad y la peligrosidad de las relaciones destructivas cimentadas en diferencias evidentes de madurez.
EL PADRINO: Ingeniosa idea para describirnos que, la pieza que falta del puzle equino, no es más que una parte fundamental de un negocio difícil de rechazar. No hay nada más persuasivo que el marketing de la marca Corleone.
¿QUIÉN ENGAÑÓ A ROGER RABBIT?: Tras la imagen de nuestro protagonista, que representa ese mundo loco y entrañable inspirado en Tex Avery, emerge la figura siniestra del malo de manual interpretado por Christopher Lloyd.
PULP FICTION: Siempre nos preguntamos qué demonios era aquel resplandor que contenía el maletín misterioso que abre Vicent Vega (John Travolta), un macguffin en toda regla que nos adentraba en una de las historias conectadas del film de Tarantino.
NÁUFRAGO: Wilson fue un tipo simpático de pocas palabras y buen compañero de confesiones para Tom Hanks, alguien con el que evitar la locura y, aunque desapareciera en alta mar, no hay problema siempre que tengamos una tienda de deportes a la vuelta de la esquina.