Oníricos, estrambóticos, metafóricos, fascinantes. Así podríamos describir a los carteles de cine polacos.
La tradición cartelista polaca viene de lejos, antes incluso de que Polonia fuese Polonia. A finales del Siglo XIX y principios del XX Varsovia y Cracovia se convirtieron en epicentro cultural y artístico al que se trasladaron muchos artistas. Dónde la litografía y el cartel encontró su lugar muy rápidamente.
Pero sería en los años dorados de Hollywood cuando la escuela polaca del cartel cinematográfico viviría sus mejores momentos. Los artistas del país tendrían que lidiar con la censura comunista en un régimen que, al mismo tiempo, les daba libertad artística.
De esta combinación, nacería un estilo polaco propio marcado por el surrealismo, el minimalismo y unos carteles más coloristas que en el resto de corrientes europeas de la época. Y dónde artistas como Henryk Tomaszewski, Roman Cieślewicz o Liliana Baczewska, se convirtieron en referencia.
La escuela polaca ha vivido sus altibajos a lo largo de los años, pero aún sigue viva en nuestros días en un país en el que, no por casualidad, se fundó el primer Museo del Cartel. Sería en 1968, en Varsovia.
Sin más, os dejamos con algunos ejemplos de carteles polacos, de hoy y de siempre:
*Escrito por nuestra colaboradora @KrTles