A lo largo de su carrera, Le Corbusier fue promotor de una infinidad de formulaciones teóricas establecidas como certezas adquiridas, que aplicaba sistemáticamente en el desarrollo de sus trabajos. Estas enunciaciones, nacidas de su insistencia por encontrar soluciones universales a los problemas de la arquitectura, compendian la plataforma de sus diseños y le proporcionan los elementos necesarios para sus ejercicios formales.
Una de estas afirmaciones, realizada en los primeros años de su carrera, expresa la necesidad de lograr relaciones concertadas entre los distintos componentes del hecho arquitectónico, surgida de acuerdos alcanzados entre la inteligencia y la pasión. Esta comunión intangible resulta un hecho sustantivo en su arquitectura, que promueve indistintamente una estrategia sensitiva intervenida por el uso de la razón o un arbitraje de camino inverso transitado con los mismos elementos.
En la casa Curutchet, las relaciones concertadas establecen el carácter de la obra.
En esas afirmaciones se cimenta la casa. Un ejercicio lúcido donde cada elemento tiene una correspondencia con otro que lo complementa y lo revaloriza. Cada operación de diseño propone un acuerdo entre una acción racional y un suceso sensitivo. Los adiestramientos formales introducidos en la casa narran estas relaciones, repicadas en forma explícita o subyacente, estableciendo una tensión entre lo invariable y lo subjetivo que inquiere la comunión del hombre con la arquitectura.
La reflexión resulta verificada en cada disección que se pueda realizar sobre la obra. Una exploración del volumen como objeto unigénico permite conocer el patrón del juego compositivo, que se construye horadando la caja arquitectónica para producir la identidad de las partes. Esta operación de vaciamiento resulta un acontecimiento que provoca el primer acuerdo, surgida en la oposición entre volúmenes llenos y volúmenes vacíos. Un contraste donde ninguno puede subsistir sin el otro.
Esa matriz espacial permite establecer las condiciones necesarias para que germine el resto de las relaciones concertadas. Crónicas referidas a la relación entre la casa y la ciudad, o el contraste entre los elementos compositivos de la obra.
El encuentro entre la casa y la ciudad se maximiza en la terraza de la casa, pero el nudo de sujeción se formula en el pórtico de acceso. Colocado en una posición expectante, su figura escindida del volumen y sus bordes sesgados establecen un código semiótico que evoca la entrada a la caverna primitiva, el acceso al lugar de cobijo que conviene con el espacio público.
Traspuesto el umbral, el árbol construye su figura irregular de textura rugosa y color saturado. Esta entidad, ubicada entre los cilindros blancos de geometría exacta y textura uniforme, valida una estratagema de concertación entre la operación sensitiva resuelta por la naturaleza y el ejercicio racional aplicado por el hombre.
En ese mismo sentido, Le Corbusier propone un plano curvo en el cerramiento de la cochera y emplea convenciones plásticas en los volúmenes de servicio. Estas superficies dóciles le permiten acometer la rigidez de la trama estructural para validarla en la mixtura entre ambos elementos
La rampa permite complacerse de estas relaciones narrando cinematográficamente estos juegos compositivos. El paseo entre los acuerdos establecidos se produce dentro de una escenografía concretada por espacios rasgados de luces y de sombras que producen sensaciones cambiantes de acuerdo al momento del día.
En el final del recorrido, la terraza establece su estrategia con el bosque, subyugándolo en la superioridad visual alcanzada desde su posición privilegiada. Este escenario sensorial que enmarca la imagen del bosque en la trama regular del brise soleil, también requiere de un acuerdo entre partes para validar su mérito.
La elevación de calle resulta el punto destacado de la concertación entre el espacio pictórico y el espacio real. Las melodías compositivas empleadas en el diseño de la fachada, conjugadas en planos secuenciales resueltos como un ejercicio pictórico purista, destacan el juego sensitivo de manera preeminente.
En la casa Curutchet, los diálogos introducidos bajo el mandato de las relaciones concertadas sustentan la concreción de una obra superlativa, situada entre las expresiones más logradas de la arquitectura moderna de posguerra. Le Corbusier resuelve las necesidades funcionales surgidas del programa con ejercicios formales que comprometen al hombre con la naturaleza, la urbanidad y el arte.
Es decir, establece el carácter de la obra formulando una locución consciente que expone con precisión el objetivo de la arquitectura.
. "Con las materias primas, mediante un programa más o menos utilitario que habéis superado, habéis establecido relaciones que me han conmovido. Esto es arquitectura." Le Corbusier, La lección de Roma; Hacia Una Arquitectura, 1923
Marcelo Gardinetti, diciembre de 2013©Fotografía: ©Marcelo Gardinetti
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English version Underlying messages in Curutchet House Throughout his career, Le Corbusier was promoter countless theoretical formulations, as established certainties acquired that systematically applied in the development of their work. These statements, based upon his insistence to find universal solutions to the problems of architecture, summarize the platform of their designs and provide the necessary elements for its formal exercises. One of these statements, held in the early years of his career, expressed the need for concerted relations between the various components of the architectural fact, arising from agreements reached between intelligence and passion. This intangible communion is a substantive fact in its architecture, which promotes interchangeably a sensitive strategy operated by the use of reason or arbitration reverse path taken with the same elements. In Curutchet home, the concerted relations define the character of the work. In these statements is founded the house. A lucid exercise where each element has a correspondence with one that complements and adds value. Each design operation proposed agreement between rational action and a sensitive event. Formal trainings introduced in the house tell these relationships, pricked out explicitly or underlying, establishing a tension between invariable and subjective inquirer man's communion with the architecture. The reflection is verified in each dissection can be performed on site. A scan of the item, volume and unigénico know the pattern of the compositional play, which builds burrowing the architectural box to produce the identity of the parties. This emptying operation is an event that causes the first agreement, which emerged in the opposition between full volumes and empty volumes. A contrast where none can exist without the other. This spatial matrix allows establishing the necessary conditions to germinate other concerted relationships. Reports concerning the relationship between the house and the city, or the contrast between the compositional elements of the work. The meeting between the house and the city is maximized on the terrace of the house, but the knot fastening formulated in the entrance portico. Placed in a waiting position, FIG cleaved of the volume and skewed edges establish a semiotic code that evokes primitive cave entrance, access to shelter instead of agreeing with the public space. Crossed the threshold, the tree builds its irregular shape of rough texture and saturated color. This entity, located between the white cylinders exact geometry and uniform texture, validates a stratagem for consultation between the sensitive operation determined by the nature and the rational exercise applied by man. In the same vein, Le Corbusier proposed a curved plane in the enclosure of the garage and used plastic conventions in service volumes. These docile surfaces allow you to tackle the stiffness structural frame to validate in the mixture between the two elements. The ramp can indulge in these relations narrating cinematically these compositional games. The walk between the established agreements occurs within a stage concretized by torn areas of light and shadow that produce sensations changing according to time of day. At the end of the tour, the terrace provides their strategy the forest, subjugates the visual superiority achieved from his perch. This sensory stage that frames the image of the forest in the regular frame of brise soleil, also requires an agreement between parties to validate their merit. The street elevation is the highlight of the agreement between pictorial space and real space. The compositional melodies used in the design of the facade, combined in sequential planes resolved as a purist pictorial year include sensory play preeminently. In the Curutchet house, dialogues introduced under the mandate of the concerted relationships underpin the realization of a superlative work, located between the keywords most accomplished of modern post-war architecture. Le Corbusier meets the functional needs derived from the program with formal exercises that engage the man with nature, urbanity and art. That is to say, sets the character of the work by making a conscious speech that exposes precisely the objective of the architecture.Published in TECNNE ©Marcelo Gardinetti
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Escrito en: Arquitectura
Autor: Marcelo Gardinetti
Fotografía: ©Marcelo Gardinetti
Cite: "Marcelo Gardinetti, Casa Curutchet Relaciones concertadas; Tecnne"
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