Desde que en el 2012 fue evidente que el PP había conseguido hartar a tantos catalanes que el independentismo había pasado de imperceptible a multitudinario he estado comparando lo que aquí ocurría con lo sucedido en otros países como Canadá o Reino Unido, y la conclusión no puede ser otra que España no es un país sino una casa de locos, muchos de ellos peligrosos.
Desde que se inició el llamado problema catalán, se ha hecho de todo excepto lo que ha servido para que países serios y democráticos solucionasen el problema: un referéndum, ganado por el no a la independencia en la mayoría de los casos. En España el PP y los llamados partidos constitucionalistas han utilizado de todo, desde mentiras, insultos y difamaciones a coacciones de todo tipo demostrando que todavía hay mucho más franquismo que democracia, haciendo un intenso uso de Altos Tribunales y del Poder Judicial en general al servicio del PP y su gobierno, razón por la que no se vislumbra como puede acabar el problema, precisamente porque el gobierno del PP no acepta otro final que no sea la rendición incondicional y su capacidad de dialogo y gestión democrática es absolutamente nula.
Desde hace unas semanas los llamados partidos constitucionalistas han inventado una curiosa nueva estrategia del PP que ha sido bien aceptada por muchos periodistas, y que como todos los intentos no solo no soluciona el problema sino que lo empeora todavía más. El invento consiste en afirmar que lo que están haciendo Puigdemont y la Generalitat es una provocación porque están organizando un referéndum ilegal (aunque su ilegalidad se base en una inmensa mentira avalada por el TC), pero Rajoy y su gobierno pretenden que van a mantener la calma y ni van a aplicar el artículo 155 de la Constitución ni van a hacer uso de la Ley Mordaza, ni del Ejercito o la Guardia Civil, aunque siguen haciendo uso en profusión de la Justicia a su servicio tanto en imputaciones concretas como en amenazas a funcionarios, cargos públicos etc., con aplicaciones de las Leyes como si fuesen de goma y se pudiesen alargar o encoger a voluntad con el aval de algún alto tribunal.
La segunda parte de esta fantástica estrategia se basa en que el independentismo catalán está provocando al gobierno del PP desde el inicio del problema precisamente para inducirle a tomar medidas que provoquen el crecimiento de los partidarios de la independencia.
El artículo adjunto de Kepa Aulestia publicado en La Vanguardia del martes 11 es un buen resumen de esta supuesta “nueva” estrategia del PP y el daño que está haciendo al independentismo. Como podéis comprobar, si lo leéis, en ningún rincón de este escrito, como en el de todos los que se han referido a la nueva estrategia, se hace la más mínima mención a la larga lista de asuntos que relacionaba en mi anterior nota “REFERENDUM DE PECADO MORTAL”, que de no haber ocurrido el problema catalán no existiría y los independentistas seguirían siendo cuatro gatos.
LVGKEPA AULESTIA.
Lo más curioso de este planteo del problema es la conclusión final, algo así como la prueba del nueve, porque todos los que se apuntan a esta forma esperpéntica de describir el problema acaban afirmando que la principal prueba que la “nueva” estrategia del PP funciona es que el independentismo está perdiendo seguidores, algo que, aunque lo quieran ignorar, sería fácil de comprobar precisamente mediante un referéndum, y con esto se completa el chiste y la astracanada.
El tener un presidente del gobierno inoperante, inepto e incapaz de dar solución a los más mínimos problemas del país es grave, pero que haya muchos medios de comunicación y grupos políticos dispuestos a vestir esta inoperancia, esa falta absoluta de gestión responsable de los problemas del país, como una estrategia inteligente es de una estupidez insuperable.
Encima resulta que ni siquiera haría falta usar un método tan exacto como un referéndum para comprobar si el independentismo pierde fuerza, porque hay indicios claros de que no es exactamente así, en primer lugar las encuestas que dejan bien claro que bastante más del 50% de los catalanes votarían en un referéndum como el que el TC obedientemente califica de ilegal, y en segundo lugar un hecho reciente: el viernes Colau y Pablo Iglesias desprecian el referéndum “ilegal” e Iglesias llega a afirmar que si fuese catalán no votaría. Durante el fin de semana se dan cuenta de la reacción negativa generalizada a sus afirmaciones en Catalunya, incluyendo buena parte de sus seguidores y el lunes rectifican sobre la marcha. Nada de esto encaja con la prueba del nueve de la nueva estrategia del PP.
En mi opinión la principal razón del crecimiento del independentismo hasta su actual fuerza, y la evidente incapacidad del gobierno para darle solución, es que primero el maltrato que el PP dio a Catalunya hasta crear el problema y posteriormente la no gestión del problema que lo empeoró en vez de solucionarlo le dio, y le sigue dando, muchos votos al PP de parte de la estupidez catalanofoba, los del PP lo saben y siguen el juego con increíble irresponsabilidad alentando la catalanofobia porque produce votos.