Los mejores recuerdos de nuestra infancia son en las casas de verano en los pueblos, con los primos, los amigos, donde siempre salía el sol y los días parecían ser eternos.
Esta sensación es común en muchas culturas, también en la nórdica. Las vacaciones en grandes hoteles familiares en costas cálidas y extranjeras son siempre bien recibidas, pero los días de verano en las casas de verano, donde se respira esa sensación de libertad y donde jugar es lo más importante, son momentos que se graban en nuestros recuerdos como algunos de los más placenteros de nuestra infancia.
En Dinamarca mucha gente invierte en una casa de verano, solos o a medias con amigos o familia. Les encanta tener un refugio al que escaparse, tanto en invierno como en verano, donde pueden relajarse, divertirse y hacer mucho hygge. El interiorismo de estas viviendas suele mezclar un estilo nórdico moderno y piezas antiguas heredadas o encontradas en mercadillos de pulgas, creando un bonito contraste multicolor sobre una base básica blanca, como en esta casita danesa que os enseñamos hoy.
Fijaos en las fotos a continuación, lo bonita que es esa mezcla de muebles y estilos, en el salón por ejemplo, tienen un sofá moderno de HAY en contraste con otras piezas vintage, una mesa de anticuario y una alfombra tipo kilim.
En cuanto al color en el exterior, las casas de madera negra son muy habituales en todos los países nórdicos. Si tiene algún motivo específico, como que con el negro, se quiera atrapar el calor del sol u otro motivo, no lo sabemos (alguien nos preguntaba hace poco sobre esta cuestión) pero lo cierto es que, es un color muy habitual de exteriores, ¿por qué pensáis vosotros que es así? ¿creéis que es por estética solo o también tiene una utilidad?
Vía: Bolig Magasinet, fotografía: Pernille Kaalund, estilismo: Louise Kamman Riising + Heyhome
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