Casa de munecas de Henrik Ibsen

Escritor: Henrik Ibsen
 
“Casa de muñecas” es una obra de teatro desarrollada a finales del siglo XIX. Nora y Torvaldo, llevan casados 8 años. Viven acomodadamente con sus 3 niños y la niñera. De fondo la presencia de la sociedad convencional de la época, con esa constante exigencia a sus integrantes de una rígida moral, en el que las apariencias lo son todo.
Torvaldo disfruta de cierta posición que le sitúa entre los “inatacables”. Muy celoso de su posición, que cuida con esmero. De unas ideas muy fijas sobre lo que es y lo que no es. Aunque veremos … que esto es también relativo. Es una apariencia más.
Nora, es “la ardillita”, “el pájaro cantor”, “el estornino encantador que gasta mucho”, es que … “¡es increíble lo que cuesta a un hombre mantener a un estornino!” Así, esta dulce y abnegada “alondra” vive instalada en este mundo de cositas estéticamente bellas y llenas de frases. Muuuuchas frases.
El escritor introduce un acontecimiento, que explicará el vuelco radical del ritmo de esta obra  y que nos impactará al final de la misma. ¡Menuda sorpresa!. Nos da un susto de muerte. Parece ser que la pieza supuso un escándalo y  un debate en su época, debate sobre la familia y la mujer en particular. Se entiende y alegra, la verdad.
Y es que la debilidad se torna en fortaleza y en clarividencia; mientras que la fortaleza se torna en mediocridad: la mediocridad del instalado en conceptos cliché, al que no le interesa cuestionarse nada  por no perder sus privilegios.  Nora, como si de un shock se tratara, abre los ojos, y nos explica con brillantez la verdadera naturaleza de su posición, y del porqué ya ahora duda de todo, quiere saber quién está equivocada, si la sociedad o ella. El juguetito bonito y que divierte, pero que como un juguetito también, puede acabar en un rincón, sin ninguna otra consideración que la que se tiene con la muñequita que se ha roto.
He disfrutado una barbaridad con el “embotamiento y confusión” de nuestra protagonista, que no voy a explicar del todo. ¡Ya me gustaría!