OBRAS
CASA VERTICAL EN SAN ISIDRO, VALLE DEL RÍMAC, LIMA · 13/03/2015
La Casa Vertical está situada en San Isidro, un distrito de la ciudad de Lima con numerosas áreas verdes y edificaciones normalmente cerradas al espacio público que pretenden proteger a sus inquilinos, pero que crean calles desoladas e inseguras.
En este contexto se proyecta la Casa Vertical, en una parcela prácticamente cuadra de 100 m2, mucho menor que las del resto del distrito. El reducido espacio plantea un desarrollo vertical del programa de 350 m2 en el que se permiten sólo 80 m2 por nivel. Como consecuencia, se produce una densificación mayor del solar, creando así una vivienda inusual en la zona.
Otro de los elementos que condicionó el proyecto fue un cedro europeo que crece en la entrada de la propiedad, éste se convierte en una cortina natural que oculta y revela la casa. La planta baja se plantea como continuación del espacio público y se integran en él los diferentes elementos que albergan el programa, dando lugar a una estrecha relación entre lo privado y lo público. La primera intervención en la construcción es la excavación de un patio, visible desde la calle, que da acceso a un estudio y a un área de reunión. A partir de ahí la casa crece hacia arriba.
La estructura está formada por tres muros medianeros, que contienen las instalaciones, y por forjados postensados, permitiendo una planta libre de pilares donde la geometría interior y exterior se varía para abrir los diferentes huecos. Los espacios en los diferentes niveles quedan al aire libre o se cierran por medio de una fachada de vidrio. Estos huecos, junto con los lucernarios abiertos para iluminar la parte trasera del a casa, permiten una ventilación natural cruzada sin necesidad de sistemas mecánicos de aire. La casa está permanentemente abierta a la calle.
Gracias a su sistema estructural, la vivienda sólo tiene como puntos fijos los baños y la cocina de forma que, según la estación del año o el tiempo que haga, se utilizan unas zonas u otras para un mismo uso. En verano, por ejemplo, el estudio sirve como lugar para dormir, la azotea como zona de reunión o la cocina como espacio de trabajo.
La libertad con que se trata el programa dentro de la casa y la relación que tienen estos espacios con el exterior, no sólo el privado sino también el público, llevan a San Isidro una nueva forma de entender la conexión que existe entre la calle y la vivienda, reclamando así una ciudad con un espíritu más abierto.