Revista Motor

Casaro, un carrocero italiano

Por Archivo De Autos
Mario Casaro fundó una fábrica de carrocerías en el año 1921 en la ciudad italiana de Turín. Rápidamente logró el reconocimiento oficial por sus versiones de los automóviles Lancia Lambda y Fiat 510 S.

Casaro, un carrocero italiano

Fiat 509 carrozado por Mario Casaro.


En aquellos años de la segunda década del siglo veinte se había puesto de moda una carrocería ligera y flexible. Incluso algunas de ella podía tener su parte exterior recubierta en piel. La más reconocida eran las carrocerías Weymann.
Para poder competir contra esta patente de carrocería, a Casaro, no le quedó alternativa que buscar otro tipo de carrocería. Entonces recurrió a las carrocerías Kelsch de origen francés. También eran ligeras y flexibles.
Básicamente el tipo Kelsch era una carrocería que contaba con tres puntos de apoyo sobre los dos largueros del chasis. Unida en su parte central con soportes de fieltro que amortiguaban las flexiones del chasis. También se usaba caucho en la parte trasera de la carrocería.
Las carrocerías Kelsch constaba de partes de madera y recubierta por telas metálicas. Pero como eran ligeras y flexibles se las consideró peligrosas. Al promediar la década del veinte comenzaron a tener mala prensa y cayeron en desgracia. No solo las Kelsch, sino todas las demás.
De esta forma Mario Casaro se vio ante un problema. Tenía muchos proyectos con la patente Kelsch, pero desde hacía un tiempo ya tenía en estudio una carrocería metálica en su totalidad. El problema era que no estaba en condiciones de hacerlo en forma industrial.
Por esa época, 1929-1930, la crisis económica contrajo las ventas de la empresa de Casaro. Así es como en el año 1930 le vende parte de las instalaciones al carrocero Pinin Farina.  De esta forma la carrocera de Casaro logró superar la crisis y encontró una nueva sede para sus instalaciones.
Pero no se pudo superar los problemas administrativos y financieros. Así que la empresa carrocera pasó a otras manos. Una nueva razón social nació: C.A.S.A.R.O. (Carrozeria Società Anonima Rotabili). Siguió en actividad pero incorporando los vehículos industriales a su producción. Este nuevo segmento, en la fabricación de vehículos, se fue incrementando con el paso del tiempo.
Para el año 1938 la empresa compra las instalaciones de la marca Itala y comienza un nuevo período en sus actividades. Pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial en Europa detiene la producción hasta su finalización. Luego, en la posguerra, la empresa C.A.S.A.R.O. compra en Estados Unidos la patente de Gar Wood.
Esta patente se denominó “tubocar” ya que consistía en una caja autoportante realizada con tubos de acero a la cual se le adosaban paneles de aluminio mediante el uso de tornillos. En el año 1958 la C.A.S.A.R.O. dejó de ser una empresa independiente para formar parte de la empresa Viberti.
La fotografía del viejo automóvil es un Fiat 509 con carrocería de la empresa Casaro y que fuera tomada de la Enciclopedia Salvat del Automóvil, editada en el año 1974 en la ciudad de Madrid en España.
Mauricio UldaneEditor de Archivo de autos
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