Revista Infancia
Cayó en mis manos, hace ya bastante tiempo, un excelente libro escrito por Norm Lee, llamado Ser Padres Sin Castigar. En él, Norm nos explica cómo los niños pueden ser incorporados en la vida de sus padres y así aprender a participar en las distintas actividades que realizamos, sin por ello ponerse en peligro. Sin ser marginados, ni castigados, sin gritarles ni humillarles. Me encantaron sus conceptos, y llevé a la práctica su propuesta de acondicionar la casa al niño, hacerla un lugar apto para descubrir y sentirse a gusto. Porque después de todo, nuestro hogar, es también el hogar de nuestro hijo, ¿o no?
Desde el Blog Tarkus Kids, Laura Mascaró nos invita a participar en el Carnaval de blogs: Casas aptas para niños. Como hemos comentado en varias ocasiones en Amor Maternal, las embarazadas y las mamás primerizas, muchas veces parecemos un imán de consejos. Nadie, o casi nadie se resiste a hacernos comentarios acerca de cómo espaciar las tomas durante la lactancia, ni cómo acabará tomándonos el pelo el bebé si lo cogemos en brazos cada vez que lo pide. Pocas personas en cambio, nos aconsejan acerca de la seguridad en el hogar, así que hoy vamos a hablar de ello.
Primero que nada comentarles, que lo que hice en casa fue convertir nuestro hogar, en realmente nuestro, me explico: vivimos en un loft, no hay espacios delimitados, todas las zonas de la casa tienen de 1m hacia abajo cosas de Sam y/o cosas aptas para niños. De esta manera, él puede sentirse con libertad de explorar, conocer y dejarse llevar por la curiosidad.
Miremos más a fondo los principales aspectos que pueden representar un peligro en un hogar donde viva o pase tiempo un bebé o niño:
Quemaduras Eléctricas:Lo primero que nos viene a la mente son los enchufes, la idea de que un niño pequeño pueda meter un dedito en una toma de corriente y electrocutarse nos aterra, y con razón. Durante mis estudios universitarios, una amiga que estudiaba en la Universidad Simón Bolívar, me invitó a participar con ella en un curso de primeros auxilios que dictaban los bomberos de dicha institución. Allí nos explicaron los distintos sus consecuencias, tratamiento inmediato y pronóstico. Nos enseñaron imágenes de quemados por corriente eléctrica y nos las describieron de manera verdaderamente aterradora. Así que se imaginarán que una de las primeras cosas que compré cuando quedé embarazada, antes incluso de saber el sexo del bebé, fue un paquete de protectores para tomas de corriente.
Otra imagen aterradora que quedó grabada en mi mente, también procede de mis años en la universidad, es la de un bebé con la cara desfigurada, tras una quemadura por mordedura de cables eléctricos. No voy a describirla de manera detallada, basta con decir que el bebé tenía los labios completamente deformados debido al incidente. Así que los cables también me preocupaban.
Por otra parte, desde hace muchos años me gusta el minimalismo, espacios amplios, limpios, libres y cómodos, con el menor número posible de artefactos visibles. Así que usé ese sentido para los cables en casa. Compré en la zona de bricolaje del supermercado unas canaletas adhesivas, las recorté a medida, y tapé absolutamente todos los cables que quedaban a una altura de menos de un metro y medio. Las canaletas duraron unos 6 meses impecables, hasta que Sam comenzó a ponerse de pie y aprendió a arrancarlas de la pared. Sin embargo, seguían cumpliendo su función de mantener los cables cubiertos por una superficie plástica dura, impenetrable con una mordida.
Cuando comenzó a fallar el adhesivo de las canaletas, compré cinta doble faz y los pegué de nuevo a la pared, así aguantó unos meses más. Empezaron a caerse de nuevo y por más que le explicaba a Sam que eso debía estar pegado de la pared, y que por favor dejara de arrancarlas, él seguía pensando que despegarlas era muy divertido. La siguiente solución, la definitiva que de hecho me gustó mucho más porque ya no tenía que decirle nada a mi hijo si los quería curiosear, fue la de comprar clavitos con una curva plástica bajo la cual quedan sujetos los cables a la pared. Esto sí que no lo puede arrancar , y queda muy discreto también.
En la habitación, frente al espejo, necesito varios enchufes, porque acostumbro cargar allí el móvil, conectar el calefactor en invierno, el repelente de mosquitos en verano, el cargador de la batería de la cámara, el secador de pelo, etc. Así que instalé allí una regleta de 6 tomas, clavada a la pared a una altura de un metro y medio. El cable está fijado a la pared con los clavitos que comenté en el párrafo anterior. De esta manera yo dispongo de varios enchufes, sin dejarle la tentación a Sam de tenerlos a su alcance.En navidad, conviene tener cuidado, en caso de que decidamos poner luces en el arbolito, que los cables queden lo más ocultos posibles, mejor aún si logramos cubrirlos con cinta aislante o una canaleta provisional.Quemaduras Térmicas:
Demás está decir que si tenemos un horno a una altura alcanzable por el niño, tenemos que encontrar una manera de cubrir los botones, o bloquearlos para que el pequeño no pueda encenderlo. De la misma manera, si tenemos bidé en el baño, debemos asegurarnos de que el paso de agua caliente esté cerrado, o bien mantener el baño cerrado.
Por otro lado, si usamos velas o incienso en casa, debemos colocarlos siempre en estantes o mesones altos, de modo que no puedan tocarlos y hacerse daño.
Caídas:
Si tenemos escaleras en casa, conviene cerrar su acceso hasta que el niño sepa subir y bajarlas por sí solo. Para ello existen unas barandillas como las de la imagen de la derecha, que pueden instalarse muy fácilmente, y evitar el paso del niño a los peldaños, previniendo de esta manera posibles caídas.
Si tenemos ventanas panorámicas, debemos tener cuidado de no colocar muebles sobre los cuales el niño pueda trepar y alcanzarlas. En caso de no ser posible cumplir con esto, conviene colocar un artilugio que bloquee la apertura de las mismas, o bien mallas de seguridad en las ventanas.Mañana seguiremos revisando el tema de la seguridad en el hogar, y hablaremos de los objetos pesados, de los frágiles, de los que pueden causar atragantamiento y de los productos susceptibles de producir envenenamientos.
¿Y ustedes qué opinan? ¿Algún consejo más? ¿Cómo afrontan esto en su familia, acondicionan la casa haciéndola apta para el niño, o enseñan-adiestran al niño para que no toque nada en casa?Fotos © Westend61/Corbis y