Revista En Femenino
Ayer, en la parte I de Casas aptas para niños, hablábamos de cómo podemos adaptar el hogar para evitar ciertos peligros que pudieran poner en riesgo a nuestros hijos.
Hablamos de las quemaduras eléctricas y cómo prevenirlas, de las mordeduras de cables y cómo evitarlas, al igual que de la prevención de quemaduras térmicas y caídas. Hoy vamos a seguir desglosando otros puntos importantes de considerar cuando tenemos niños pequeños en casa.
Objetos pesados:
Aunque suene un poco descabellado, es factible que pueda caer sobre el niño algún objeto pesado y hacerle daño. Cuando compramos los muebles para la casa, y los armábamos según las instrucciones, me llamó la atención que casi todo lo procedente de IKEA, trae la advertencia de que los niños no deben trepar sobre el mueble, y que en caso de tener niños en casa, debemos fijar los muebles a las paredes. Claro ejemplo de estos son los armarios no empotrados y las bibliotecas, cuyos estantes pueden parecer peldaños e invitar al niño a escalar. En cuanto el pequeño aprende a ponerse de pie, tendrá la tentación de apoyarse sobre ellos, y si no hemos tenido cuidado de colocar objetos más pesados abajo y más livianos arriba, si el suelo de casa no es perfectamente plano, éstos pueden tambalearse y caer. Otros ejemplos son las lámparas de pie y ahora que estamos en navidad: el arbolito.
Para solventar esto, basta con clavar la parte trasera de estos muebles a la pared para sujetarlos firmemente. Las lámparas de pie pueden ubicarse en lugares de la casa a los cuales el bebé no pueda llegar gateando, ni caminando, como lo tenemos en mi casa por ejemplo, detrás del sofá, en una esquina cuyo paso está bloqueado por una biblioteca. Otra opción, sería prescindir de ellas y conectar una lámpara de pared, con el cable fijado a la misma.
Durante la primera navidad de Sam, coloqué el arbolito en una esquina detrás de un sillón, de modo que no tuviera acceso a él. Supuse que intentaría sujetarse de las ramas para ponerse de pie, o trataría de sacudirlo por diversión. Su segunda navidad, coloqué el arbolito al lado del sofá, pero antes me aseguré de comprar un pino artificial, lo más liviano posible. Varias veces tiró de él y le cayó encima o al lado, a pesar de haberle explicado que podría caerse y lastimarlo. No se hizo daño, sólo se asustó, y a la tercera no volvió a hacerlo más.
Objetos Frágiles:
Como comentaba en una entrada anterior, sinceramente no comprendo cómo algunas personas insisten en tener adornos frágiles, como por ejemplo jarrones de cristal, objetos de arcilla, vidrio o porcelana a una altura fácilmente alcanzable, teniendo niños pequeños en casa. Los niños, por su naturaleza curiosa, por estar en constante aprendizaje, necesitan explorar su entorno, descubrir cómo funcionan y cómo reaccionan las cosas. Pienso que cuando uno decide tener un hijo, es conveniente ser consecuente con él e intentar mirar el mundo desde su perspectiva. Intentar comprender cuán fascinante puede ser un objeto nuevo, querer descubrir qué sonidos produce si se cae, si uno lo golpea con la mano, con un cubierto, contra la mesa, etc.
No por ello tenemos que renunciar a la estética y la decoración en el hogar, existen muchos adornos muy bonitos que no son peligrosos para los niños, como por ejemplo figuras medianas de madera, de papier maché, de metales ligeros, entre otros.
Cuando organicé mi cocina, estando embarazada, decidí colocar todos los objetos seguros y tocables en los estantes y gabinetes bajos. Entonces, tengo las botellas de agua mineral, las cajas de cereal, las ollas, sartenes, cacerolas y los envases plásticos abajo. En alto coloqué los vasos, las botellas de vidrio, los cubiertos, los envases con alimentos dentro como harina, arroz, sal, azúcar, etc.
De esta manera, mientras yo cocino, Sam saca otra olla, me pide una cuchara o un colador y me prepara comida él, a su manera :) Cuando terminamos de comer, si sobra comida, va él al gabinete y busca un envase plástico ¡y acierta con el tamaño! para guardar las sobras en la nevera.
En el baño tenemos un gabinete alto y largo, en forma de columna. Tras la puerta de arriba guardo todos los productos cosméticos, en la de abajo los pañales, el papel higiénico y las toallas limpias. Nuevamente, repito el esquema de dejar lo tocable abajo y lo peligroso arriba. Bajo la ducha, lo mismo, las botellas de productos en alto, y algunas vacías en el suelo porque a Sam le encanta jugar con ellas.
En navidad, por más preciosos que sean los adornos de cristal y porcelana, conviene evitar colocarlos en el arbolito, o al menos en la parte baja del mismo. Una buena alternativa si queremos usarlos, es colgar una guirnalda en alto, por ejemplo por encima de las ventanas o puertas, o una corona navideña en la puerta, y adornarla con las piezas más delicadas.
Envenenamiento:
Venimos leyendo desde la adolescencia el famoso "manténgase fuera del alcance de los niños" en todos los productos tóxicos, sean de limpieza del hogar o de higiene personal. En casa, dispuse todos los químicos y detergentes en un gabinete tan en alto que tengo que subirme en una escalerita para alcanzarlos. De todas maneras usamos pocos detergentes, ya les comentamos varios trucos ecológicos con los que podíamos reemplazar varios productos tradicionales de limpieza del hogar. Si limpiamos el microondas con limón, por ejemplo, no sólo contribuimos con el bienestar del planeta, sino que también evitamos tener un producto peligroso, como lo son los desgrasadores industriales en casa.
Atragantamiento:
Los niños en edad lactante, principalmente menores de 3 años, tienen una constante necesidad de llevarse objetos a la boca. Hacen esto por varias razones, por un lado, esto estimula el sistema inmunológico al ponerlos en contacto con las bacterias de su entorno. Por otro, es su manera de descubrir el mundo, de vivir lo que los psicólogos han denominado la fase oral. Por todas estas razones es conveniente no dejar dentro del alcance de los niños objetos que en caso de ser llevados a la boca, puedan quedarse atascados en sus vías respiratorias. Por regla general, han de ser de mayor tamaño que su puñito.
Ahora que estamos en época de navidad, conviene tener cuidado de comprar los
adornos para el arbolito que cumplan con este criterio, porque probablemente el niño intentará una y mil veces quitar los adornos, chuparlos, tocarlos, tirarlos y volverlos a colocar :) Más vale que sean suficientemente grandes como para que no se los trague. Las bolas de navidad, suelen traer una tapita metálica de la cual se sujeta un lazo o alambre para fijarlos del árbol. En caso de que esta tapita sea removible, conviene pegarla con un puntito de cola para que no se salga cuando el peque juegue con los adornos.
Conclusión:
Para finalizar, decirles que a mi parecer el niño debe ser dejado en la mayor libertad posible (obviamente dentro de lo sensato) a descubrir el mundo, más aún la casa en la que vive. Para ello, podemos acondicionarla lo mejor que podamos, de modo que se sienta a gusto y que no estemos todo el día con un "no" en la boca: "No toques esto.", "No alces lo otro.", "Eso no es un juguete.", "Esto tampoco, ni aquello, ni lo otro." etc. y reservarlo para los casos en los que es verdaderamente inevitable decirlo.
¿Y ustedes qué opinan? ¿Algún consejo más? ¿Cómo afrontan esto en su familia, acondicionan la casa haciéndola apta para el niño, o enseñan-adiestran al niño para que no toque nada en casa?Foto © Nancy Honey/cultura/Corbis, © Chris Knorr /Design Pics/Corbis