En los países nórdicos no existe el concepto ‘la casa del pueblo’ como entendemos nosotros. Lo más parecido es ‘la casa de verano’ situada cerca de un pueblo o no, de la playa, del bosque o en mitad de la nada; de mayor o menor tamaño y con los años con más o menos lujos.
La versión más tradicional sería algo como esta casita sueca de 60 m² panelada en madera en el exterior y en el interior, con muebles reciclados o heredados, piezas sueltas de cerámica, textiles de algodón, ganchillo y chenillas en blanco, rayas y motivos florales. Casi siempre tienen un jardín con mobiliario de exterior para disfrutar de comidas al fresco y los largos atardeceres del norte. Son viviendas sin muchos lujos normalmente, pero llenas de encanto en las que la prioridad es la tranquilidad. ¿Qué pensáis, podemos traer algo de ese estilo a nuestras casas del pueblo? :) ¡Feliz martes!
Vía: Stadshem