El uso generalizado de los auriculares, gracias a que los reproductores son cada vez más cómodos y ligeros, ha hecho que salten las alarmas sobre si esta forma de escuchar música puede ser perjudicial para nuestros oídos.
Los expertos avisan de que un uso excesivo, tanto por volumen como por tiempo, sí es perjudicial para la salud de nuestra audición.
Tipos de cascos para escuchar música
Los más utilizados actualmente son: los In-ear o de botón y los auriculares tipo casco.
Los primeros se introducen directamente en el oído y son por tanto más peligrosos si los usamos a más de ochenta decibelios. Se venden auriculares limitados para que por mucho que se intente nunca se pueda subir más el volumen, ya que tendemos a hacerlo cuando el ruido ambiental es alto o a medida que disminuye la sensibilidad a los niveles del sonido según pasa el tiempo y el oído se va acostumbrando. En cualquier caso debemos utilizarlos como mucho a la mitad de su capacidad máxima.
Los cascos nos aíslan mejor del ruido externo y además nos insonorizan de forma que los demás no escuchen lo que nosotros estamos oyendo. A pesar de su proximidad no son tan dañinos como los in-ear.
Si los comparamos con el potencial daño que pueden hacer los altavoces, hay que afirmar que sin duda la exposición directa al sonido mediante los auriculares es más dañina que la exposición al sonido que emiten unos altavoces cuyo sonido ha de transitar por un espacio mucho más largo antes de que llegue a nuestro oído.
No favorece en nada a nuestra capacidad auditiva, tener auriculares por más de dos horas al día. Tampoco utilizarlos cuando realizamos ejercicio es especialmente saludable, ya que la sangre se concentra en los músculos que se ejercitan, dejando desprotegido al oído interno. La pérdida de audición en estas condiciones puede llegar a duplicarse.
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