Este asesino de mujeres se declaró transexual, así que lo ingresaron en una cárcel de mujeres con el previsible resultado, la violación de su compañera de celda
En Estados Unidos ya se habían producido casos de ‘prisioneras’ que dejaban embarazadas a compañeras de celda. Pero es que recientemente se ha sabido que hay casi un millar de hombres que, cuando el juez dictó sentencia de cárcel, afirmaron sentirse mujeres y, por tanto, exigieron ser ingresados en cárceles de mujeres. El disparate llega al máximo al comprobar que los jueces aceptan el novísimo ‘sentimiento’ sin más, de modo que envían al maromo a la cárcel de señoras con sólo decir que se siente tía, produciéndose los esperados abusos, violaciones, embarazos…, de los que son cómplices los jueces y todo el sistema judicial
Así es, en EE UU es suficiente que el delincuente condenado se declare mujer para que el magistrado lo envíe a una trena para féminas. Y son conocidos casi mil casos de tipos que han sido y ejercido de hombres toda su vida pero justo en el momento oportuno se han declarado señoras. Si se piensa, las cárceles de las delincuentes son menos duras y mucho menos peligrosas que las de los delincuentes, y además están llenas de mujeres, un entorno ideal para tiparracos violentos, sin escrúpulos morales y con escasa o nula conciencia. Asombra que el juez acepte el cambio brusco (y evidentemente falso) de identificación sexual, pero mucho más que haya medios y colectivos que aplaudan tal aberración sin considerar las terribles consecuencias.
Evidentemente son las propias reclusas las principales perjudicadas. De hecho, la mayor parte de los criminales que cambian instantáneamente de opción sexual son asesinos, maltratadores e incluso violadores. Harmeet K. Dillon, el director de la organización de derechos civiles The Center for American Liberty, explicaba a la prensa estadounidense: “Sólo en las prisiones federales se han detectado más de 900 hombres biológicos ingresados en cárceles de mujeres, lo que ha provocado violaciones masivas, agresiones y todo tipo de agravios y conculcación de los derechos civiles de las reclusas. Y sucede adiario”.
Pero la cosa aun va más lejos. Resulta que, según la ‘ideología de género’ (tan perversa y sectaria como todas las ideologías) exige admitir que hay muchas personas con “género flexible”; es decir, se da por bueno que un hombre se ‘sienta’ mujer justo antes de entrar en la cárcel y, por tanto, se le envíe a una de mujeres, pero cuando llega el momento de recuperar su libertad ‘la reclusa’ vuelve a sentirse hombre y se declara tal. Esto se llama, según el lenguaje ideológico, “género flexible”; aunque en realidad, es evidente, es incuestionable que no hay tal flexibilidad, sino puro oportunismo, pura burla del sistema gracias al apoyo de los dictadores de lo correcto y posesores de la única verdad admisible. Desconcertante es, asimismo, que el señor juez, llegado el momento, no exija nada que demuestre la nueva identidad femenina del delincuente, le basta con la palabra del criminal, el cual no precisa estar tratado, ni hormonado, ni operado…: puede ingresar en cárcel de señoras con todos sus atributos masculinos (más de uno delinquiría si tuviera la seguridad de que lo ingresarían en un maco para tías).
Es notorio el caso de todo un pedófilo confeso, Hobby Bingham, que se dijo mujer y pasó a llamarse Andromeda Love, con lo que el de la toga lo mandó con ellas; el resultado fue el previsto: abusó varias veces de su compañera de celda, una joven con trastornos siquiátricos. Al cumplir su condena salió y volvió a cambiarse el nombre y el género. Un guardia de la prisión, Scott Flemming, explicó a los medios que “para ser trasladado a una cárcel de mujeres en Washington el único requisito es que el recluso declare que se identifica y se siente una mujer”.
Preocupante, inquietante es el silencio de los-las feministas y adalides de la igualdad, que no dicen una palabra en defensa de todas esas mujeres abusadas por falsas mujeres en las cárceles de mujeres, al contrario, afirman que son mujeres los hombres que perpetran los abusos contra mujeres auténticas. No les da vergüenza defender que las reclusas se vean forzadas a compartir celda con violentísimos asesinos. De locos.
La Asociación Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) insiste en que cualquier hombre, incluyendo depredadores sexuales, si se identifica como mujer deber ser enviado a una prisión femenina. Así, la ACLU presionó en Nueva Jersey para que se permitiera que las personas de sexo masculino que se identificaran como transgénero fueran alojados en prisiones femeninas. Esta medida entró en vigor tras una demanda de 2019. Desde entonces, al menos dos reclusas han quedado embarazadas de otros reclusos en ese estado.
Pero se sabe de un caso mucho más sangrante. Un pervertido llamado Perry Cerf se hace llamar actualmente Michelle Hel-Loki Angelina. En 2003 fue condenado a 75 años de cárcel por el asesinato de una mujer de 47 años, y admitió con gran satisfacción que la mató a patadas y le aplastó el cráneo, e incluso que bebió su sangre y le encantó. Pero llegado el momento dijo sentirse mujer e ingresó en un penal de mujeres, donde está registrado como Michelle. Si algún día sale de la cárcel, volverá a decirse hombre y nadie cuestionará nada. Y ningún medio de comunicación se atreverá a poner en duda las variaciones en su identificación sexual, pues sería objetivo a perseguir por parte de la inquisición ideológica de género. Y el día que salga, seguro que dará de puñetazos al que le pregunte si es él o ella, pues se dirá muy macho.
Esperpéntico, delirante.
CARLOS DEL RIEGO