Revista Salud y Bienestar

Casi nueve de cada diez recetas emitidas en Andalucía se hacen por principio activo

Por Fat
Casi nueve de cada diez recetas emitidas en Andalucía se hacen por principio activo. Concretamente, el 86,96% de las prescripciones que se realizan en los centros de Atención Primaria de la comunidad se hacen sin mencionar la marca comercial.
Andalucía tiene una dilata experiencia en este modelo de prescripción y que ha servido de base a la implantación, a partir de hoy, de este modelo en el Sistema Nacional de Salud con el objetivo de garantizar la sostenibilidad del sistema.
Fue en 2011 cuando Andalucía comenzó a implantar y extender la prescripción por principio activo, una nueva fórmula para recetar que ha permitido reducir la factura farmacéutica, entre otras medidas de contención, hasta en un 19,5% sin menoscabo de la calidad y la eficacia del medicamento.
Las políticas de uso racional del medicamento, entre las que se encuentra la prescripción por principio activo, han supuesto un ahorro de 1.000 millones de euros en la última década.
En los últimos 12 meses (entre septiembre de 2010 a agosto de 2011) se han emitido un total de 140 millones de recetas por principio activo, siendo el omeprazol, paracetamol y acetilsalicílico ácido los tres más prescritos.
Ventajas
La prescripción por principio activo es una buena práctica recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por ser el modelo común internacional para denominar a los medicamentos. Asimismo, permite proveer a profesionales y pacientes de una terminología común que permita el reconocimiento inequívoco de los medicamentos.
En este sentido, y desde el punto de vista profesional, este modelo de prescripción facilita el reconocimiento del medicamento en las fuentes de información y su lugar en la terapéutica en tanto en cuenta evita la necesidad de tener que recordar nombres comerciales y de elegir entre la amplia lista existente (en España hay registradas alrededor de 10.600 marcas de medicamentos frente a 1.200 denominaciones por principio activo).
En la misma línea, favorece la rápida identificación de los fármacos en tanto en cuanto la formación en farmacología se hace utilizando los principios activos, siendo además éste el nombre utilizado en las guías de práctica clínica, en las publicaciones científicas sobre medicamentos y en los sistemas de alerta.
Por otra parte, la prescripción por principio activo ayuda a evitar errores en la prescripción y en la dispensación, ya que favorece una familiarización con la sustancia activa que se prescribe y se dispensa y puede evitar, por ejemplo, posibles errores como la prescripción de combinaciones terapéuticas incompatibles o la prescripción de fármacos que hayan sufrido cambios en su composición sin modificar el nombre comercial.
Además, facilita la gestión de compras y de stocks de los servicios de farmacias de los hospitales, de atención primaria y de las oficinas de farmacia al evitar tener que adquirir marcas diferentes de medicamentos con la misma composición, lo que supone una mejor gestión de los recursos y un ahorro en gastos innecesarios.
Si bien, una de las principales ventajas es que contribuye al conocimiento de los medicamentos por los pacientes y a una utilización más segura de los mismos. Los andaluces hablan en principio activo, lo que favorece una mejor comunicación con el profesional sanitario y evita, por ejemplo, la sobredosis provocada por la toma de un medicamento con el mismo principio activo pero con distinto nombre comercial.
La implantación de esta medida no habría sido posible sin la colaboración de los profesionales sanitarios y farmacéuticos, quienes han contribuido desde su comienzo en la extensión y acogimiento de esta fórmula que permite, además, que ciudadanos y profesionales sanitarios hablen el mismo lenguaje al referirse a los fármacos por su principio activo y no por la marca comercial.

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