Casillas no irá al Barça

Año horrible para el capitán blanco. Comenzó con todo el asunto de su suplencia orquestada por Mourinho, por razones deportivas que no llegaron a convencer a parte de la afición. Las razones extradeportivas son imposibles de demostrar con lo que quedan a la libre interpretación de cada uno. Su posterior lesión, el fichaje de Diego López, que rindió magníficamente el final de la temporada pasada. La Copa Confederaciones, con el amargo regusto que dejó la final ante Brasil en Maracaná, 3 goles encajados y la sensación de que la autoridad del campeón del mundo podía quedar en entredicho. El comienzo de la actual temporada no ha dado mejores noticias, suplencia en liga, titularidad en Champions, con susto de pequeña lesión incluido en su debút en Turquía. El último capítulo ha sido su suplencia, en partido oficial, con la selección española, gota que parece que ha colmado el vaso de Iker que, por lo que se destila de sus declaraciones, ha dado a entender que vería con buenos ojos abandonar el club blanco antes de febrero para tener la oportunidad de defender, desde la titularidad en la portería, el campeonato del mundo logrado en Sudáfrica.