La gente que maneja desde Los Ángeles hasta, tal vez, de Salt Lake City a lo largo de la autopista 91 en la década de 1940 a mediados de fácilmente podría haber perdido construcción pasando en la polvorienta ciudad de Las Vegas, Nevada. Se incluyen en algunos de los proyectos, era un hotel nuevo, moderno y casino. Una vez finalizado, se le llamó el Flamingo. Pero el ascenso del Flamingo podría compararse más a la de Phoenix.
El nacimiento del flamenco se inició en 1945 con William "Billy" Wilkerson, quien compró 33 acres de tierra cerca de la autopista 91. Wilkerson, propietario del "Hollywood Reporter", así como varios clubes nocturnos en Los Angeles, era un jugador regular en Las Vegas. Tuvo la visión de una nueva gama alta de la combinación de un hotel y casino en la ciudad y no aislado.
Wilkerson previsto construir el hotel más grande de la ciudad, con 250 habitaciones. La construcción comenzó en 1945 con un precio estimado de $ 1,2 millones. Con un préstamo bancario de $ 600.000 y $ 200.000 más prestado a él por su amigo Howard Hughes, Wilkerson estaba todavía corto. Para ayudar a financiar su sueño, se lanzaron a las mesas de dados, donde rápidamente perdió alrededor de $ 200.000. Los bajos fondos, junto con el alto costo de los materiales de construcción después de la Segunda Guerra Mundial, obligó a buscar una Wilkerson mano de préstamo. Llegó más en la forma de un puño - la mafia.
El mafioso de Nueva York Harry Rothberg, junto con su compañero y figura del inframundo Meyer Lansky, prestaron a Wilkerson $ 1 millón para ayudar a completar el proyecto. Como parte del acuerdo, Benjamin "Bugsy" Siegel, un amigo de Wilkerson durante varios años fue llevado a la pandilla como un enlace entre los socios. Siegel también estuvo muy involucrado en la mafia. Y, como una señal de esa "la amistad", Siegel forzó a abandonar a Wilkerson el control creativo del Flamingo.
No empezó el Flamingo con buen pie, ya que los materiales de su construcción se encarecieron visiblemente una vez hecho el presupuesto debido al inicio la 2º Guerra Mundial. El 26 de diciembre de 1946, The Pink Flamingo Hotel & Casino abrió sus puertas al público de Las Vegas.
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Wikerson asistió al estreno acompañado de un inesperado socio; ; el mafioso Benjamin Bugsy Siegel, quien fue el responsable de financiar todo lo que el promotor no pudo debido a los altos costes en periodos de guerra. Por ello, el nombre de Siegel resuena mucho más en la historia del casino, pese a que fue Wikerson su principal valedor. Se dice que Bugsy bautizó al casino con el nombre de Flamingo porque ese era el mote que le había puesto a su novia, una espigada muchacha de larguísimas piernas. Esa fue la primera de una incómoda serie de decisiones que el mafioso tomó sin el consentimiento de Wikerson. Y no lo tuvo fácil el promotor porque comenzaban entonces los años en que la mafia italo-americana dominaba la ciudad, una época de grandes fortunas cambiando de manos y cadáveres enterrados bajo el desierto de Nevada. La época de las vacas gordas acabó para Bugsy el 20 de junio de 1947, día en el que apareció tiroteado en su casaDesde entonces, varios son los propietarios que han tenido en sus manos el Flamingo, hasta que comenzó la era de las grandes corporaciones. Primero ,en 1972, la compañía Hilton se hizo con el casino, renombrándolo como Flamingo Hilton. Se tomaron muy en serio la transformación del hotel, siendo un ejemplo las cuatro torres con habitaciones que rodean el edificio principal. Finalmente fue Harrah’s Entertainment quien se hizo con el Flamingo en 1993, manteniéndolo hasta nuestros días.Desde Harrah’s se propusieron devolver a Las Vegas el Flamingo original, quitándole cualquier añadido al nombre, convirtiéndose pues en una oportunidad de visitar los orígenes de la ciudad del pecado.
Siguiendo el estilo del resort, el casino del Flamingo nos rodea de colores cálidos y ambiente caribeño y nos ofrece desde los últimos juegos de moda hasta los eternos clásicos del juego.
Nada menos que 1.600 máquinas tragaperras le dan la bienvenida al jugador, entre las que se encuentran las solicitadas Megabucks, Blazing 7 o las Wheel of Fortune. Si preferimos las mesas, la oferta es inacabable. Diferentes modalidades de dados, como los Boxcars o los Centerfield, rápidas mesas de blackjack o mini-baccarat, ruletas europeas y americanas, pai gow... No tendremos excusa para no jugar en el Flamingo, que incluye igualmente una casa de apuestas donde poner dinero en carreras de caballos, turf y toda clase de deportes, que podremos seguir desde las numerosas pantallas de televisión que el casino pone a nuestra disposición.