En El Salvador ha sido noticia el que se ha dado en llamar "Caso Beatriz" (nombre ficticio): una madre enferma de lupus, embarazada con un hijo con anencefalia. Se organizó sobre el caso una campaña mediática y de manifestaciones, a la par que jurídica, para lograr del Tribunal Constitucional de El Salvador una sentencia que permitiera el aborto en ese caso que, según los activistas, era condenar a muerte a Beatriz por la cerrilidad en no admitir el aborto para salvar su vida (noticia y comentarios). La sentencia se resolvió en el sentido de proteger la vida de ambos. Y el caso terminó en un parto adelantado, después de la mejoría de Beatriz gracias al tratamiento adecuado, sin que fuera necesario practicar el aborto. Aceprensa ha publicado un artículo con la descripción del caso, de la sentencia, y de las tergiversaciones y mentiras explícitas de los grupos pro-choice que movieron la campaña.
Como muy bien ha recordado Pablo J. Ginés, Periodista experto en Bioética, algunos medios de comunicación, como El
Mundo en España, juegan a la confusión y titulan "Logran interrumpir su
embarazo", cuando es evidente que en las cifras de "interrupción
voluntaria del embarazo" que cada año se publican en España no se incluyen
las cesáreas, en las que se saca vivo al bebé y se le cuida. Una cesárea salva
bebés, una "interrupción de embarazo" es un término eufemístico para
el aborto, que no salva, sino que mata al bebé.
Por supuesto que Beatriz tiene derecho a vivir, faltaría más. Y todos tenemos derecho a que nos cuenten la verdad y no nos engañen.