El Caso Bio-Bac se resuelve. La Audiencia Provincial de Madrid ha declarado inocente del delito contra la salud pública al productor del complemento alimenticio. Trece años después se cierra el caso toda vez que en julio de 2014, Rafael Chacón, dueño de la empresa, fue absuelto también del delito de estafa.
Trece años han pasado desde que se produjera la Operación Brujo por la que más de 200 guardias civiles y policías detuvieron a un montón de médicos y personas relacionadas con la compañía que producía un complemento alimenticio llamado Bio-Bac (hoy llamado Renovén).
Rafael Chacón, máximo responsable de la comercialzaición de Bio-Bac (hoy Renovén).
Después llegó la cárcel para el máximo responsable, Rafael Chacón (en el blog le entrevistamos y afirmaba “nuestro producto hubiera podido salvar miles de vidas”), que seguía los pasos de su padre, un farmacéutico a la antigua usanza, de los que “viven” en su laboratorio y que había inventado una “vacuna” de proteínas y aminoácidos útil en casos de enfermedades autoinmunes, sobre todo.
El caso es que la Justicia, de manera definitiva e inapelable, ha declarado INOCENTE a Chacón mediante sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de fecha 22 de junio. Se demuestra ahora que no hubo atentado contra la salud pública y como tampoco hubo estafa, los dos principales delitos de los que se acusaba al enjuiciado y sus colaboradores pues no hubo nada (queda pendiente y eso sí lo recoge la sentencia, que hubieron malas prácticas publicitarias, errores de etiquetado y en la promoción del producto, punto que Chacón estudia recurrir ante los tribunales europeos convencido también de su inocencia).
Es más, si fuese cierto, que por supuesto si así lo considera la Justicia hay que respetarlo hasta que se demuestre lo contrario, el asunto podría haberse corregido en su día con la apertura de un expediente administrativo y una sanción. ¿Hacía falta encarcelar al hijo del inventor y ayudantes, dejar a miles de consumidores sin el producto, arruinar a la empresa, difamar durante trece años a sus responsables y causar todo el daño que se ha causado?
En su fallo la sentencia de la Audiencia Provincial ratifica que Rafael Chacón durante la comercialización del Bio-Bac nunca cometió delito contra la salud pública y hace suya la resolución de la sentencia del Juzgado de lo Penal que consideró que
no ha quedado acreditado que el producto elaborado causara un peligro para la vida o salud de las personas, al tratarse de un compuesto de proteínas y aminoácidos, habiendo llegado a consumir el producto unas dos mil personas aquejadas de graves enfermedades, sin que generara peligro alguno. Tampoco se acredita que los acusados incitaran al abandono por parte de los enfermos de tratamiento convencional que estuvieran recibiendo”.
Durante décadas miles de pacientes consumieron el producto de los Chacón por recomendación médica y bajo receta.
Bio-Bac llegó a estar cubierto por la Seguridad Social y por ello a dispensarse con normalidad. Puestos a preguntarnos qué fue lo que desató las iras de las autoridades sanitarias quizá haya que explicar que varios laboratorios farmacéuticos, alguno una multinacional de dudosa ética, llegaron a ofrecer importantes sumas de dinero al dueño para hacerse con su invento, una historia que por cierto narré completa en mi primer libro, Traficantes de salud.
Al hilo de lo comentado, el fallo judicial no contempla ningún tipo de compensación por el daño moral y económico sufridos y que son irreparables. La actuación del Ministerio de Sanidad, que impulsó la Operación Brujo y las fuerzas de seguridad, por tanto, no estuvieron justificadas: los detenidos eran inocentes.
El que la sigue la consigue y hoy el señor Chacón está satisfecho. No obstante, como he escrito, sus abogados estudian recurrir ante el Tribunal Constitucional (o si este no admitiera el amparo los tribunales europeos) lo de la publicidad engañosa y, por supuesto, solicitar una indemnización por daños y perjuicios.