En ocasiones las organizaciones ‘guerrilleras’ del estilo de Greenpeace necesitan dar un fuerte impulso mediático a su estrategias de comunicación para volver a estar en el candelero de la opinión pública. Los chicos de Greenpeace son grandes expertos en este ámbito y cómo no, es bueno aprender de los mejores. Por este motivo analizaré en el presente artículo su última campaña titulada ‘El Lado Oscuro de Volkswagen’.
No es la primera vez que esta organización se atreve a meterse con un grande. ¿Alguien se acuerda de la controversia con Kit-Kat respecto al aceite de palma o de la de Facebook respecto a la no utilización de energías verdes? La diferencia con estas dos campañas es que en este caso se ha tirado de una mayor creatividad y sobre todo, se ha partido desde el propio mensaje de la compañía automovilística.
Aprovechamiento del éxito de las campañas del rival
Hace escasos meses Volkswagen nos sorprendió con un simpático spot publicitario en el que un niño sentía ser el malvado protagonista de la saga de Star Wars, Darth Vader. El anuncio rebosaba creatividad y originalidad y fue uno de los virales más compartidos por todo Internet.
Greenpeace, conocedora del éxito de esta campaña, en vez de crear una nueva desde cero aprovechó el tirón de ésta para apoderarse del mensaje volviéndolo contra la empresa alemana de automóviles. ¿Los motivos? Según Greenpeace:
Nuestra casa – la Tierra – está en apuros. VW se opone a dos legislaciones europeas fundamentales para evitar el cambio climático producido por sus coches. Está boicoteando con toda su fuerza objetivos más ambiciosos para reducir las emisiones de CO2 y, también, mejores estándares de eficiencia para los coches. Pero no todo está perdido. Percibimos la Fuerza en VW.
Como podemos observar, se trata de una acción de lobbying político que proviene de una disputa dentro del seno de la Comisión Europea y que actualmente está ‘salpicando’ a Volkswagen dentro del ámbito de la opinión pública: Medios de comunicación e Internet.
¿Quién tiene razón? No pienso decantarme por ninguno de los contendientes, pero por honradez hay que alabarle a Volkswagen que sea una de las empresas que más se preocupa por mejorar la eficiencia de sus vehículos (O que por lo menos lo comunica mejor) hasta el punto de que actualmente dispone del Récord Guinness de autonomíaen uno de sus modelos. Por este motivo me ha sorprendido la actitud de Greenpeace respecto a estos temas. Puede que me equivoque o puede que no. Este no es el tema del artículo.
Toda campaña ha de ir acompañada de una landing pageefectiva
La campaña de Greenpeace no busca únicamente darle un tirón de orejas a Volkswagen, sino que da un paso más creando un microsite con varios objetivos claros:
- Información: Ante todo Greenpeace busca legitimar su ataque a la empresa alemana mediante un breve manifiesto explicando los motivos y aportando diversas documentaciones por los que Volkswagen supuestamente tiene un ‘lado oscuro’
- Call to action: El microsite en sí es una llamada a la acción que busca que los usuarios ‘se unan a la rebelión’ contra Volkswagen firmando el manifiesto y de paso, uniéndose también al boletín de Greenpeace.
- Apertura de vías de comunicación con los interlocutores: Gracias a que los usuarios introducen sus datos en el formulario del microsite y le dan permiso a Greenpeace para ponerse en contacto con ellos, en futuras campañas esta organización lo tendrá más fácil para comunicarse con sus interlocutores.
Socialización de la campaña mediante incentivos
Greenpeace no se conforma únicamente con captar los datos de sus interlocutores para generar nuevas vías de comunicación futuras. ¡Todo lo contrario! Busca que estos interlocutores compartan la campaña con todos sus contactos y esto se realiza mediante una socialización de la misma mediante incentivos.
Sí, señores, los botones de ‘Me gusta’ de Facebook, de ‘Tweet’ de Twitter o el de ‘Enviar por e-mail a un amigo’ están bien, pero en la actualidad pueden resultar insuficientes. Greenpeace se ha dado cuenta de esto y ha buscado una nueva vía:
Una vez te unes a ‘la rebelión’ te llega un e-mail que te anima a que compartas la campaña con todos tus contactos con un objetivo: reclutar a 8 nuevos ‘rebeldes’ con el premio de recibir una camiseta de edición limitada de Greenpeace:
Al compartir esta página, la Fuerza se hará más intensa en ti: Cada persona que reclutes para la rebelión a través de tu página, hará que tu vínculo con la Fuerza sea aún más fuerte. Como dice Yoda, “El poder de un Jedi fluye de la Fuerza”. Aunque tú todavía no eres un Jedi. A la vez que La Fuerza crece en ti, aumentarás tus habilidades y sumarás compañeros en el camino, ocho en total. Cuando los hayas sumado todos, te enviaremos una camiseta de la campaña.
También te invitan a visitar tu propia página de entrenamiento Jedi: Una especie deadvergame que te informa de tus progresos a la hora de reclutar nuevos rebeldes hasta lograr el objetivo de recibir la deseada camiseta.
Esta forma de ‘reclutar rebeldes’ mediante incentivos y apoderándose del lenguaje del rival son sin duda unos de los puntos fuertes de la campaña.
Mensaje positivo que contrarresta la negatividad intrínseca de la campaña
Hacerle bullying a una empresa a todo bombo puede quedar feo a la hora de afrontar la campaña comunicativa, pero Greenpeace trata de darle la vuelta a la tortilla camuflando su mensaje final:
Volkswagen alberga el Lado Luminoso de la Fuerza. Lo percibimos… Volkswagen es importante en la vida de muchos. De hecho, algunos vehículos rebeldes son VW. Pero parece que los jefes de Volkswagen han sido seducidos por el Lado Oscuro de la Fuerza y no nos dejan más opción que desafiarlos. No es demasiado tarde. Es posible que juntos podamos alejar a Volkswagen del Lado Oscuro y convertirlos al Lado Luminoso de la Fuerza, lo que nos llevaría a todos a un futuro mejor.
Con estas letras tratan de evitar una confrontación frontal con la empresa automovilística para pasar a un mensaje más positivo y esperanzador. Una acción que se parece ya más a lo que verdaderamente es el lobbying: Una manera de informar correctamente a las autoridades —que en este caso son los ‘jefes de Volkswagen’— sobre cómo han de afrontar determinadas decisiones de carácter público.