Revista Medios
A mediados de septiembre,del año noventa y cuatro,bajo el puente Polentinosy acaso siguiendo un rastro...Un fin de semana aciagoaparecieron los huesosdicen que de dos mujeresde veinte y cuarenta años.Cuentan los que allí acudierona ver los restos humanos,que no merece la penainvestigar más el caso.Que ha prescrito toda culpade un asesino, ¡quién sabe,de dos, de tres o de cuatroque una tarde las mataron.Se discute entre las genteshumildes de la montaña,que aquí no cabe tal hechoque no es de aquí tal campaña.Que en la montaña se escondenosos, lobos y alimañas,nunca, jamás, asesinosni pistoleros de España.Después de toda la intriga-Por razones que no entiendo-se termina señalandoa un antiguo cementerio.Antiguo pueblo de Vañes,medio kilómetro río abajoy extrañamente dos cuerposcontracorriente peleando.Prácticamente enterrándose,a socayo del gran puente.No entiendo que haya quién digaque ha sido un hecho corriente.Que han pasado muchos años,que la causa es ya muy vieja,que no tiene ya sentidoremover la historia en ella.os eruditos señalanque no hay motivo de alarmaque este es un caso cualquieraque predomine la calma.¿Quién sabe lo que pasaron?¿Por qué murieron y cuándo?¿Se cayeron? ¿Las mataron?,¿o eran muertas del cementerio cercano?¿Y sí no, cómo subieronrío arriba y se quedaronjunto al puente polentinosen un pequeño remanso...?La hipótesis está servida.La intriga no ha terminado.Aparecieron un día,junto a ese puente tan largo.Los cuerpos de dos mujeresde veinte y cuarenta años,un día del mes de septiembredel año noventa y cuatro.