Caso Garzón e impunidad fascista

Los trámites del auto de procesamiento contra el juez Garzón lo único que ponen de manifiesto es el nivel de calidad democrática de la justicia española. Según declaraciones de Carlos Jiménez Villarejo seis magistrados del Tribunal Supremo y cinco vocales del Consejo General del Poder Judicial están al servicio de la extrema derecha.
Muchos ciudadanos ya saben, ya sabemos, que se trata de un juicio político contra el juez Garzón por recelo, por envidia, por venganza. Un juicio en el que los verdugos (léase "Manos limpias") actúan de acusadores-acosadores y los defensores de la ley y de la democracia son los que se sientan en el banquillo. Léase Juez Garzón.
El acoso y derribo del juez Garzón coincide con la impunidad con la que actúan los que hacen apología del fascismo. El homenaje del miércoles pasado a los que "murieron por Hitler", organizado por la Hermandad de la División Azul, con simbología neonazi, y cantando el "Cara al sol", en el cementerio de la Almudena, en Madrid, es el mayor y más aberrante ejemplo de esta impunidad.
En ese acto la pasividad policial fue sintomática. Unicamente estuvieron presente para evitar altercados con los demócratas, pero no para impedir el acto que según establece el artículo 15 de la Ley de la Memoria Histórica, está expresamente prohibido la exaltación y simbología fascista.
Creo que la situación es gravísima. Estamos hablando de la puesta en cuestión de una parte de la magistratura y de la impunidad de la que gozan los fascistas en este país.
Sigamos gritando a favor del Juez Garzón. El grito ya trasciende su caso. El grito es por la democracia, por el estado de derecho, contra la impunidad de los fascistas.