Voy a transcribir literalmente la serie de artículos escrita por José María Izquierdo, veterano periodista de El País, sobre el Caso Gürtel. El interés de este foco de corrupción, hace que lo incluya en mi blog, por si alguno de los lectores no hubiera tenido acceso al mismo. Son nueve capítulos, fruto de un exhaustivo trabajo de investigación que merece la pena leer.
Saquen sus propias conclusiones.
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Con todos ustedes, El Bigotes
Justo al lado de Correa siempre se sitúa un tipo bien pinturero, fachendoso y peripuesto que en algún momento de su vida decidió que no iba a pasar desapercibido. Y se dejó unos bigotes de forzudo de circo de comienzos del siglo XX. Álvaro Pérez, Alvarito o El Bigotes, por sobrenombre obvio, ha sido el más citado y popular de todos los colaboradores del gran jefe Francisco Correa. Pero no parece el más importante. Es más bien el complemento de pimienta que necesita cualquier espectáculo para atraer espectadores.
De hecho, su otra vida fuera de Gürtel se ha movido siempre en torno al entretenimiento. Sobrino político de Andrés Pajares, participó en alguna de sus películas como extra o como empleado en la producción. Quizá de entonces se trajera su vena de gran imitador, una de sus muchas gracias. Alrededor del año 2000 se empata con Correa. De creer al gran jefe de la trama, lo que no es obligatorio, se lo presenta Alejandro Agag. Ya hemos contado en otro apartado que es él quien le pide que le ponga en los actos de Aznar. Sea cual sea el origen de su amistad, Álvaro Pérez trabajó mucho y bien, según el sumario, para Correa. Desmadrado en el vestir como era, loco por la ropa cara, se encargará docenas de trajes, camisas o zapatos de primeras marcas, Briani o Hackett, como muy bien sabe José Tomás, el sastre que luego nos aparecerá tomando medidas a Francisco Camps.
Su gran momento llega cuando Correa, en 2004, le encarga la rama valenciana. Crea Orange Market, en coordinación con Correa y como una sucursal de Madrid. Se va a vivir a un gran piso en una de las mejores zonas de Valencia y compra un chalé de descanso en la urbanización San Rafael, entre La Nucía y L'Alfàs del Pi, valorado en cerca de medio millón de euros. Garboso, asombra a los paseantes con sus llamativas motos, especialmente su Can-Am Spyder, de tres ruedas y 20 o 30.000 euros de coste, tanto como sus mostachos o sus puros habanos. Pero como no es bueno dejarse llevar por las apariencias, nos engañaríamos si no le adjudicáramos una insólita capacidad para seducir a seres humanos tan contrapuestos a su fenotipo como Francisco Camps. Porque alguno del resto de los implicados, Rafael Betoret o Ricardo Costa no parecen tan alejados del estilo esplendoroso de Alvarito. Refuerza su amistad -uña y carne- con Pedro García, director general de la Radiotelevisión Valenciana Canal 9, hoy desgraciadamente fenecida, un periodista capaz de hacer piruetas en el alambre: director general y jefe de prensa de Eduardo Zaplana, llegó a ser secretario autonómico de Comunicación con Francisco Camps. Ahí es nada. Así que los negocios de Orange Market se multiplican al unísono con la cada vez más cercana presencia de Pérez al poder de la Generalitat, encarnado en primer lugar por su presidente. Y la inestimable ayuda, por supuesto, de todo su equipo, incluido el poderoso y ya citado Pedro García.
Pero El Bigotes ha tenido, y tiene, más amigos de los que aparecen en un primer vistazo. Juan Villalonga, por ejemplo, el amigo de pupitre de José María Aznar y, por ende, presidente de Telefónica. Más recientemente, después del escándalo Gürtel, Pérez ha reaparecido como posible comprador o resucitador del Grupo Intereconomía, de la derecha más extrema, en plena asfixia económica y que ya ha tenido que cerrar su periódico impreso, La Gaceta. Por dinero, nadie sabe, pero por ideología no será, porque todos los que le conocen de antiguo le consideran algo más que un simple señor de derechas. Más allá. Un poquito más allá.
¿Vida familiar? Variada. Su primera mujer, Esther del Prado, fue azafata del famoso Un, dos, tres, de TVE y tuvo una muy modesta carrera como actriz. En 2009 protagonizó, no excesivamente vestida, un número de la revista Interviú. Su segunda mujer, Noemí Ramal, también se ha movido por escenarios similares, aunque más en televisión, y muy concretamente en Canal 9, donde presentó varios programas e incluso contó las uvas de Nochevieja en 2007 -se llevó las cámaras hasta La Nucía- y 2008. Antes, mucho antes, también se había desnudado en Interviú y había pertenecido al elenco de las muy recordadas Mamachichos de la inicial Tele 5.
Una vida entretenida, esta de El Bigotes.
©José María Izquierdo, para El País