Voy a transcribir literalmente la serie de artículos escrita por José María Izquierdo, veterano periodista de El País, sobre el Caso Gürtel. El interés de este foco de corrupción, hace que lo incluya en mi blog, por si alguno de los lectores no hubiera tenido acceso al mismo. Son nueve capítulos, fruto de un exhaustivo trabajo de investigación que merece la pena leer.
Saquen sus propias conclusiones.
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Luis de Miguel, el primer blanqueador
El aparato exterior de Correa no es cualquier cosa: Luis de Miguel, Ramón Blanco Balín y Arturo Gianfranco Fasana. Nivel. Luis de Miguel, el primero de ellos, empezó a trabajar con Correa en la década de los 90. Llegó a ser administrador único de algunas de las empresas —Orange Market, Easy Concept, Inversiones Kintamani y Caroki SL— y tuvo cargos variados en otras: Special Events, TCM, Real Estate Equity Portfolio y Boomerangdrive SL. Pero el cargo no hace honor a sus muchos méritos. Se trataba, en realidad, de mover por ahí, tal que en Suiza, el dinero que la trama acumulaba en España. O de “crear estructuras de blanqueo” como se dice en los informes policiales. Ahí estaría Spinaker 2000.
De hecho, experiencia tiene. Contábamos en el primer capítulo de la serie que Garzón inició Gürtel a raíz de encontrar, en los registros del caso BBVA-Privanza, una carpeta con cuentas en el exterior de un tal Francisco Correa en el bufete de Luis de Miguel. Y según los datos que obran en la causa, como en un informe de la Fiscalía Anticorrupción del 6 de mayo de 2010, en su despacho había documentos sobre “las estructuras de blanqueo off shore (paraísos fiscales) con sociedades ubicadas en Antillas Holandesas y la Isla de Nevis” creadas para Francisco Correa y, también, Guillermo Ortega, el exalcalde de Majadahonda al que ya encontraremos en su lugar correspondiente. El propio De Miguel ha contado en algún medio que tiene cuentas en Suiza, abiertas desde finales de los años setenta, “por si acaso, como un dinero en la reserva”.
De Miguel ha negado haber participado en delito alguno, y afirma que de hecho dejó de trabajar con Correa cuando se enteró por una revista —Interviú, en 2005— de que allí podía haber algo raro. Extraño asesor fiscal y administrador este, que asesora fiscalmente y administra empresas de las que nada sabe y de las que se entera por la prensa de sus interioridades. Sí reconoce algunas cosas, como haberse entrevistado en la sede del PP, en Génova, con el entonces eurodiputado Gerardo Galeote, “porque era su asesor para sus cuentas personales”. Claro que también dice cosas muy graciosas, como estas: “¿Cómo iba a pensar yo que había negocios turbios cuando Correa tenía en su despacho una bandera de España y otra del PP y era amigo de gente del PP?” Incluso aparece algo mohíno en Vanity Fair contra Correa y sus chicos, porque les había pedido “una foto de Aznar firmada” para lucir en su despacho, y nunca se la consiguieron.
Luis de Miguel no es un desconocido para la justicia. En abril de 2013 fue condenado por la Audiencia Nacional a 21 años de cárcel por ayudar al empresario Juan Ramón Reparaz a defraudar a Hacienda 16 de los 25 millones de euros que el empresario no declaró entre 1999 y 2006. ¿El método? Sociedades interpuestas con sedes en Panamá, Belice, Irlanda, el Reino Unido y España. ¿Les suena de algo?
©José María Izquierdo, para El País.