Revista Opinión
Una reiteración final en relación a las balanzas fiscales y a los procesos de transferencias entre comunidades, bastaría la deslocalización de la sede fiscal ni siquiera productiva, de unas pocas personas jurídicas, grandes corporaciones, para provocar cambios en las cifras, el cambio de domicilio fiscal de pocas personas físicas, pero ricas, serviría para que los impuestos pagados en un territorio disminuyeran estadísticamente, modificando las relaciones de contribución interregional. Los impuestos que pagan las personas, físicas y jurídicas no son en muchos casos por actividades desarrolladas en las comunidades donde están residenciados, precisamente grandes corporaciones y accionistas importantes suelen estar domiciliados en Madrid y Barcelona mientras sus actividades generadoras de las rentas por las que contribuyen lo están por toda España.
Los impuestos gravan las rentas, pero las rentas de una comunidad autónoma varían en relación a lo producido en la misma, puesto que una parte de la producción lo será por factores de no residentes, el capital puede producir en una o varias comunidades y tener la base fiscal en otra, como ejemplo el caso del Banco Santander, primará a Cantabria transfiriendo recursos obtenidos en otras comunidades, y el BBVA al País Vasco, o La Caixa a Cataluña. Así Madrid y Barcelona tendrán rentas superiores a la producción regional como consecuencia de la domiciliación de sedes societarias y de individuos accionistas de empresas productoras en otras comunidades. Destacan fiscalmente en pago de impuestos por rentas obtenidas en otras regiones, dicho de otra forma, los altos impuestos pagados que reflejan las balanzas fiscales madrileña y catalana, tienen otra cara de la misma moneda, que son las mayores rentas obtenidas en otros lugares y que fiscalmente se asientan en ellas supuestamente perjudicadas por mayor contribución fiscal. Más impuestos, está aparejado a mayores ingresos, -debería estarlo- en este caso obtenidos en otro lugar y revertidos al centro financiero.
Las islas, o localizaciones turísticas, transfieren un parte del producto generado allí al pagar operadores turísticos y cadenas hoteleras con sede fiscal externa, al igual que al pagar a los trabajadores de hostelería, al final de temporada regresarán a sus lugares de residencia donde pagarán impuestos por las rentas obtenidas en otra parte. Los bancos e instituciones financieras que operan en todo el territorio nacional contribuyen en un lugar donde tienen la residencia fiscal, fábricas importantes o grandes empresas de servicios operan en toda la Península y pueden estar residenciadas en Madrid o Barcelona, millonarios particulares son accionistas de multiples empresas que operan en diversidad de lugares por las que perciben rentas a las que contribuyen en un solo punto, todo ello dará resultados diferentes de PIB y rentas en la comunidad donde residan.