Pequeña decepción el otro día en el que fuera el mejor exponente de la cocina navarra en Madrid. Llevábamos tiempo sin ir a Castelló 9, casa de la que durante una época fui asiduo, y nos quedamos todos con una sensación de restaurante en claro declive. Es como si poco a poco su llama que antes brillaba con fuerza se fuera apagando. Esa sensación se notaba en la sala, los camareros, los platos,etc. Se han quedado atrás, no han sabido evolucionar, y ahora con la crisis eso les ha pasado factura. Probablemente de manera demasiado severa; un correctivo muy duro que probablemente no se merezcan. Sin duda esperamos que sean capaces de resurgir y volver a ser lo que fueron. Debo adevrtir que no comimos mal, aunque los precios están algo subidos.
De aperitivo nos sirvieron unas croquetas bastante vulgares. Quisimos probar una variedad de platos, así que pedimos la mayoría de ellos en medias raciones. Muy bueno como siempre el salmón marinado en casa, con salsa de eneldo y patatas a la crema. También nos gustaron los huevos escalfados Castelló 9, pochés y sobre una cama de fetuccini frescos de espinacas. Todo ello gratinado. Menos nos gustó el jamón, que no está a la altura.
La caza siempre ha sido una de las grandes especialidades de Castelló 9. Tenían como sugerencia unas perdiz estofada que servían deshuesada con una salsita suave de albaricoque. Intensa y sabrosa, sin embargo le faltaba un poco de entidad al conjunto. La merluza a la romana flojita flojita. La primera vez llegó cruda y hubo que devolverla. Muy mal detalle que nos volvieran a traer el mismo trozo ya cortado que había vuelto a freír. Estaba incomible, y lo devolvimos. La verdad eso sí, es que no nos pusieron ninguna pega. Pero un restaurante de esta categoría no puede servir una merluza de tan baja calidad. Mejor el rape con salsa americana y vieiras. Bien de cocción, y la vieira exquisita. El steak tartar sigue siendo otro de los grandes platos de esta casa. Cortado a mano, nos lo dieron a probar hasta lograr el punto deseado. Acompañado de unas tostaditas de pan de molde.
Entre los postres, el vencedor claro son las crêpes suzette que bordan, aunque debo decir que las de Piñera están aún mejores. También probamos una mousse de chocolate bastante normal. Acompañando el café unas tejas revenidas y unos trocitos de turrón. Nada del otro mundo.
Castelló 9 fue uno de los grandes de Madrid, de los denominados “mesas de poder”, en que los grandes empresarios y políticos eran vistos con frecuencia. Ahora es sólo un espejismo de aquello. Se sigue comiendo en general bien, aunque han bajado la calidad de algunas materias primas (control de costes, imagino) y los precios han subido en exceso. Una pena.
Datos Prácticos:Castelló 9c/ Castelló, 9MadridTel: 914 359 134 Precio medio: € 60Cerrado domingos y festivosAccesible silla de ruedasAparcacoches