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Nos encontramos en los años dorados del Imperio Español, y los Tercios Españoles eran su salvaguarda, temidos en toda Europa y, como veremos a continuación, temidos también por las hordas turcas. Sus tácticas de combate y su valentía, ambas características, perfectamente combinadas suponían la vanguardia del arte militar europeo. De las innumerables batallas de los Tercios esta quizá sea una de las más impresionantes, como deja de manifiesto el poeta Gutierrez de Cetina en su soneto nº 217 “A los huesos de los españoles muertos en Castelnuovo”:
“Héroes gloriosos, pues el cielo/ os dio más parte que os negó la tierra,/ bien es que por trofeo de tanta guerra/ se muestren vuestros huesos por el suelo.
Si justo desear, si honesto celo/ en valeroso corazón se encierra,/ ya me paresce ver, o que se atierra/ por vos la Hesperia vuestra, o se alza a vuelo.
No por vengaros, no, que no dejaste/ a los vivos gozar de tanta gloria,/ que envuelta en vuestra sangre la llevaste;/ sino para probar que la memoria/ de la dichosa muerte que alcanzaste,/ envidiar se debe más que la victoria”.
Castelnuovo, que vuestras mercedes vengan cuando quieran
En Julio de 1539 el Tercio Viejo de Sarmiento defiende la ciudad de Castelnuovo, por orden de Carlos V, ya que el Imperio Otomano se ha propuesto recuperar dicha ciudad (punto estratégico entre Viena y Estambul ya que supone una vía segura en el Mar Mediterráneo con lo que se podía controlar el comercio y tener amenazas a las potencias europeas).Así, el 18 de Julio de 1539 hace aparición la flota de Barbarroja con más de 20.000 hombres, de los cuales unos 4.000 eran los jenízaros (la fuerza de elite otomana). Además, para asegurar un cerco completo de la ciudad, por el norte aparecía otro ejército de unos 30.000 hombres comandados por Ulamen. Castelnuovo se encontraba bloqueada, por tierra y mar, por unos 50.000 otomanos.
Por otro lado, el Tercio Viejo de Sarmiento era el que tenía la difícil misión de defender la ciudad con unos 3.500 hombres. Durante la primera semana, tras la llegada de los otomanos, ambos ejércitos se dedican a la construcción de trincheras y a mejorar las defensas.
Los turcos, además, se apresuran a emplazar la artillería, mientras los españoles arriesgan su vida en realizar varias escapadas hacia el campamento otomano para, de este modo, entorpecer las labores del enemigo. En una de estas salidas, 800 españoles sorprenden al cuerpo jenízaro dejando la zona sembrada de cientos de cadáveres jenízaros.
Llegamos al 23 de julio de 1539, Barbarroja tiene a sus hombres y artillería preparados y, para no precipitarse, realiza una oferta de rendición honrosa a los españoles en la que afirmaba que “El Tercio tendrá vía libre hasta Italia” donde serán recibidos por las autoridades españolas. Ante esto, los españoles sin esperanza de recibir refuerzos de las fuerzas imperiales, ni ninguna ayuda, les responden que “viniesen cuando quisiesen”.
Tras haber rechazo la oferta de los otomanos, el 24 de julio comienza el asedio a la ciudad por parte de estos. Durante los dos primeros días los otomanos dejaron algo más de 6.000 muertos mientras que los españoles apenas 100.
Acto seguido, los españoles preparan una escaramuza que pretendía disuadir a los otomanos en su propio campamento. Y así fue. El día 26 de julio los españoles diseñan una encamisada con apenas 600 hombres para coger desprevenidos a los otomanos. El miedo y el pánico recorrió el campamento otomano y Barbarroja tuvo que ser refugiado en las galeras que estaban atracadas en la costa cercana.
A principios de agosto de este año de 1539 los otomanos habían destruido casi enteramente la fortaleza de Castelnuovo. La madrugada del día 4 de agosto se inicia el asalto a las ruinas de la ciudad y por la noche, estas, ya eran plenamente otomanas. Sin embargo, los españoles, lejos de rendirse, se refugiaron entre las murallas que quedaban en pie así como entre los restos de escombros.
El día 5 de agosto Barbarroja manda a todas sus tropas a tomar definitivamente la ciudad en un ataque masivo. Este día terminó con la caída de una torre de la muralla, que todavía seguía en pie, sin embargo, para desgracia otomana, los españoles seguían sin rendirse.
El día siguiente, el 6 de agosto, hubo una fuerte tormenta y la lluvia inhabilitó la pólvora, al mojarse esta, por lo que ese día se combatió cuerpo a cuerpo, con la espada y la pica, siendo los españoles unos expertos en estos combates.
El 7 de agosto, ultimo día de los combates, la ciudad ya no tenía murallas, pero, nuevamente, los españoles seguían vendiendo cara su piel. Ya solo quedaban apenas 600 españoles que se batieron con la espada contra todo el ejército otomano. Solo unos 200 españoles quedaron vivos mientras que los turcos habían perdido unos 25.000 hombres. Tal fue la furia que le entró a Barbarroja al enterarse de las pérdidas totales que mandó ejecutar a la mitad de los españoles supervivientes. El resto fue llevado a Constantinopla donde trabajarían como esclavos.
Unos años después de Castelnuovo, en junio de 1545 apareció por el puerto de Messina un barco con prisioneros que se habían escapado de las cárceles de Constantinopla, entre los cuales había unos 30 supervivientes españoles de las jornadas de Castelnuovo.
Consecuencias
Los otomanos, a costa de altísimas bajas, unas 20.000, conquistaron la ciudad de Castelnuovo, de vital importancia porque amenazaba directamente a Europa y ponía en peligro el comercio en el Mediterráneo. Los españoles vendieron cara su piel y una vez más asombraron al mundo con su gesta, aunque con el tiempo su recuerdo cayó en el olvido, pues de los 3.500 que defendían Castelnuovo apenas 100 sobrevivieron.
Tras Castelnuovo, la Santa Alianza quedó, momentáneamente frenada por los turcos ya que estos cosecharon victorias como las de Argel en 1541, Trípoli en 1551, Bugía en 1555, Chipre en 1570 y La Goleta en 1573. Las naves turcas fueron una amenaza constante para los navíos españoles en el Mediterráneo hasta la batalla de Lepanto en 1571, en la que la victoria española frente a los turcos frena la amenaza de estos hacia Europa.Autor: Álvaro González Díaz para revistadehistoria.es
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Bibliografía.
CAÑETE, HUGO A., Los Tercios en el Mediterráneo. Los Sitios de Castelnuovo y Malta, Ediciones Platea, Málaga, 2015
DE LA FUENTE, M., “Francisco de Sarmiento, la furia española en Castelnuovo”, ABC, Madrid, 08/09/2013, en http://www.abc.es/cultura/libros/20130908/abci-fracisco-sarmiento-heroe-castelnuvo-201309061359.html
LORENTE, J., MEDIAVILLA, L., Los tercios saben morir, EAS, Biblioteca Hoplón, Alicante, 2015
MAFFI, D., “Los frentes militares 1536-1598”, en Los Tercios en el siglo XVI, Desperta Ferro, nº especial V, Madrid, 2013, pp. 38-45
MARTINEZ LAINEZ, F., Pisando fuerte, los Tercios de España y el camino español, Edaf, Madrid, 2012
VILLEGAS GONZALEZ, A., Hierro y plomo, cuentos de los Tercios Viejos, Glyphos publicaciones, Valladolid, 2014
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