Ahora que ya ha pasado un año desde la llegada de nuestra hermosa bubu, puedo comentar que no pude ser partícipe de su nacimiento al 100%, es decir, no pude entrar a la sala de parto en el momento indicado para verla nacer, para escucharla llorar por primera vez, ver como la limpian, la pesan y registran todos sus datos y obtener la foto de rigor al lado de su madre envuelta en mantas verdes de clínica y yo vestido como un enfermero más, sentado al lado en un banquito con ruedas, yo no lo pude vivir como muchos otros padres.
La primera imagen que tengo de mi hija fue cuando salió del quirófano cerca de las 1:30am del domingo 22 de Setiembre, solo la pude ver cinco minutos mientras la transportaban desde la sala de partos hasta donde tienen a todos los bebes recién nacidos, solo la pude ver a través del vidrio de su incubadora y solo me dejaron entrar a verla un ratito porque yo era el padre, sino me dejaban en el pasillo como uno más del grupo, pero por suerte me dejaron entrar un ratito para ver a la bubu mientras la acomodaban en la zona de neonatos.
La razón principal por la que no pude ingresar al quirófano fue porque el parto se había convertido en una situación de riesgo, ya el doctor me había puesto al corriente, si era un parto normal podría haber entrado, pero si era uno por emergencia y riesgo no. El doctor literalmente me castigo y me llamo la atención tres veces entre el sábado y el domingo, me dijo que como era posible que estuviéramos en la calle a esas horas y porque Mary había comido algo tan pesado a esa hora. En teoría la cesárea estaba programada para el martes siguiente pero tuvimos que ir a la clínica el sábado por la noche, no tenía nada en el carro, ni una sola maleta con las cosas para Mary y para la bebe, solo recuerdo haber llamado al doctor a eso de las 10pm para comentarle lo que había sucedido y de ahí llegar a emergencia lo mas rápido posible.
En ese momento ya no piensas en nada, quieres llegar al destino lo mas rápido posible, misma película de acción con escolta de policías, zigzagueando por las calles entre el tráfico, recuerdo que llegue a la clínica en menos de 30 minutos. Después de que se confirmó que efectivamente estaba entrando en labor de parto todos los engranajes empezaron moverse, mismo reloj Suizo. Llame a mi mamá para que me traiga algunas cosas ya que no teníamos nada. Cerca de la media noche Mary entro a sala y no supe nada más de ella hasta el domingo por la mañana. El doctor que nos estuvo apoyando desde el primer mes llego cerca de las doce, ahí fue mi primera llamada de atención, cuando salió cerca de las 3am del quirófano fue mi segunda llamada de atención y el domingo que solo yo fui a visitar a Mary, por órdenes del doctor, fue mi tercera llamada de atención. Ya después de eso solo me quedaba pedir disculpas y agradecer al doctor por todo el apoyo brindado desde el inicio.
La situación se había complicado porque como Mary tenia comida en su sistema, tanto el estómago como los intestinos estaban distendidos, eso fue lo que complico a los doctores durante la cesárea, es por eso que cuando te van a operar de algo siempre entras en ayunas. Moraleja señores, cuando el doctor de indicaciones hay que acatarlas completamente al pie de la letra, más aun si estas a muy pocos días para la fecha pactada.